BOLETIN N° 28 /Año 7 / Cumaná, noviembre de 2010

RESPUESTA DEL GRUPO UDISTAS AL DESAIRE DEL DECANO SENIOR


      Los profesores del Núcleo de Sucre en paro, en protesta por las condiciones de seguridad en las que laboramos, y declarados en asamblea permanente requerimos la presencia del Decano y otras autoridades ante esa asamblea. El encuentro se fijó (después de consultar al decano y de posponer fechas) para el martes 16 de noviembre en el mini auditorio de APUDONS. La idea era que el profesor Senior explicara  a la comunidad docente lo actuado hasta ese momento para sancionar a los responsables de los actos criminales del 27 de octubre y las medidas que se implementarían para impedir actos similares. De igual modo se esperaba que las autoridades conocieran de primera mano las inquietudes y opiniones de los profesores. Nada extraordinario debe ser, en una universidad, que las autoridades dialoguen y debatan con una parte fundamental de la comunidad.
El ciudadano Decano comenzó quejándose de las críticas que algunas personas y grupos le hemos hecho (leyó extractos de un escrito de Udistas y de visión universitaria) siempre en tono defensivo. Se quejó de que la gente reclama, exige y participa poco, "quieren sanciones pero no aportan pruebas, ni denuncias". Anunció, sin mayores detalles, la apertura de expedientes para algunos de los señalados como responsables. También anunció que  policías en motos patrullarán las zonas desoladas de la UDO. En tono de reclamo expresó que alguna inversión hecha por su despacho se había perdido por la falta de cooperación de profesores y estudiantes. ¡Luego de esto se retiró!
Posteriormente, el coordinador del despacho decanal en una vehemente intervención, seguramente con conocimiento de causa, sentenció: Cómo estarán las cosas si tenemos que pedir ayuda para tener seguridad dentro de la UDO a quienes la tienen que garantizar afuera y no lo han hecho… esos son los limites institucionales que tenemos.
Nos queda muy claro que las autoridades conocen, saben  más de lo que dicen en público sobre esta compleja situación: saben de la existencia  de estudiantes, seudo estudiantes y funcionarios de la institución universitaria conectados con  bandas delictivas  de la ciudad, sabemos que desconfían  de las instituciones policiales locales y regionales. Podemos intuir en este contexto que teman por su seguridad y la de los suyos; pues la coerción y las amenazas desde hace tiempo han acompañado la lenidad de algunas autoridades. La intervención de un empleado en la asamblea parece corroborarlo.
 Aún, si así fuera, la respuesta no puede ser el aislamiento, el silencio y el pasar agachados. Quienes están en posiciones de autoridad tienen la obligación de responder ante sus comunidades. Quizás el temor sería menor si compartieran la carga. Deben informar lo que saben por grave que les parezca, convocar a la opinión publica del núcleo y denunciar ante ella  tanto a los delincuentes que cometen las tropelías como  a los padrinos y autores intelectuales si existieran. 
Cuente usted Doctor Senior con el apoyo del grupo Udistas, estamos seguros que, además, la comunidad del núcleo lo acompañará  en este, sin duda alguna, gran esfuerzo. El Núcleo de Sucre y la universidad  toda bien valen la pena. 
Pa' luego es tarde.

  Udistas somos todos.
  Cumaná 19 de noviembre de 2010

SOLIDARIDAD, UN ACTO DE JUSTICIA


       Cuando Juan Pablo II expresara que "el ejercicio de la solidaridad dentro de cada sociedad es válido sólo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas" llamó la atención de todos, pues desde esta concepción la solidaridad sólo es atribuible al ser humano y sólo tiene lugar entre los hombres.
       Así, pues, el desarrollo de la solidaridad estará particularmente asociado al desempeño del hombre en sociedad, y de allí su radical relación con la justicia.
    Surge una pregunta: ¿Qué sucede cuando las organizaciones no son solidarias, y por tanto no actúan con justicia ante los miembros de la sociedad?  Este es el caso de nuestra organización (Asociación de Profesores de la UDO)  respecto de los siete profesores que interpusieron ante el Consejo Nacional de Universidades (CNU) un recurso jerárquico contra la Resolución CU Nº 024/2009, que permitiría la reelección de las autoridades rectorales. Por esta acción el Consejo Universitario decidió "censurar enérgicamente" a quienes cuestionaron su decisión ante una instancia superior.
Con relativa frecuencia se suele atribuir a los venezolanos, una corta memoria, pero cuando de injusticias se trata, es mejor no olvidar, pues no sabemos cuando ésta pueda tocar a nuestra puerta. Cuando el profesor Luis Acuña Cedeño, otrora Decano del Núcleo de Sucre, fue expulsado por abrir aulas del Núcleo de Sucre en Carúpano, no se hizo esperar la acción solidaria del gremio de profesores.   
     Tampoco se hicieron esperar las manifestaciones individuales de los miembros de la comunidad udista en el Núcleo de Sucre. Tal como ayer, el trasfondo también es político, sólo que en aquel entonces la consulta era promovida por las propias autoridades de la UDO ante el CNU, y ahora lo es por unos profesores. En el caso de la destitución del decano Acuña, fue el CNU el órgano administrativo escogido para debatir los asuntos de la vida académica interna, y no por ello se "puso en peligro la estabilidad institucional de la Universidad de Oriente" (http://www.udo.edu.ve), como se nos ha querido hacer ver; lo que corrobora que estas decisiones están siempre mediadas por lo político. 
      Desde UDISTAS rechazamos el abuso de poder  del Consejo Universitario quien pretende intimidar, censurar y sancionar a quienes ejercen sus derechos. Aunque no suscribimos la solicitud formulada ante el CNU, entendemos que esta es una acción legítima de un grupo de profesores, que antes que nada son ciudadanos. No perdemos de vista que el telón electoral que sirve de fondo a todas estas actuaciones puede alterar la percepción de lo que es correcto; aun así, la justicia debe prevalecer.

LA MALA MEMORIA


      Los peces bailarinas machos, luego de 30 segundos, no recuerdan la acción que iniciaron. Los venezolanos nos parecemos a ellos. Vivimos inventando el agua tibia o experimentando por primera vez, como si fueran nuevas, cosas que han ocurrido muchas veces. Por eso nuestro avance como nación, comunidad e individuos es lento y azaroso. La mala memoria genuina o conveniente nos impide rechazar o emular hechos pasados claramente negativos. 
     Por eso para muchos en el Núcleo de Sucre los actos vandálicos del miércoles 27 pasado son algo inédito y repudiable. Compartimos lo último, pero no que esto sea algo nuevo. Hay que tener muy poca memoria o mucho caradurismo para presentarse como adalides del respeto y la tolerancia cuando se ha propiciado, aplaudido o incluso protagonizado actos de violencia y amedrentamiento. Veamos por qué.
        Desde el 2002 al 2004, los profesores que manifestamos descontento por las penurias a las que el gobierno de entonces, el mismo de ahora, nos tenía sometidos, fuimos perseguidos, vejados y hasta golpeados por un grupo de estudiantes afectos al oficialismo. Estos vándalos intentaron quemar la sede de APUDONS y destruyeron material electoral. Repudiables cosas pasaron ante la mirada indiferente de muchos y la complaciente o satisfecha del resto. Era la forma de acallar el disenso y por lo tanto nunca se actuó contra ellos. Hoy esos vándalos forman parte del gobierno local y regional. 
       No podemos olvidar que, en esos años, el profesor Luis Aristimuño fue golpeado; los profesores Ireys Gómez y Rafael Díaz fueron vilipendiados públicamente; los profesores Ramón Ochoa y Carlos Estanga casi fueron linchados por una masa estudiantil enloquecida. Algunos deberían recordarlo ya que no sólo estuvieron presentes, sino que también aplaudieron lo que ocurría. Cómo olvidar cuando el bachiller Reyes y otros estudiantes fueron arrastrados y entregados a la policía estadal por estudiantes y profesores afectos al oficialismo. Cómo olvidar la quema de la sede del sindicato de obreros en Cerro del Medio o los tiroteos para dirimir el poder entre estudiantes chavistas. No se puede ignorar que las autoridades de turno no hicieron nada. 
     Ratificamos nuestra mejor disposición a trabajar con todos por la superación de los errores cometidos en el tratamiento de situaciones como las señaladas. Aunque algunas cosas aquí indicadas puedan sonar a acusaciones y señalamientos, las recordamos para hacer ver que nada de lo que ocurre es nuevo. Lo nuevo es que "los hunos" están más fuera de control que en otras oportunidades. Llegamos a la selva profunda, al sálvese quien pueda. 
UDISTAS desde sus inicios ha rechazado todo tipo de violencia. Estamos dispuestos a acompañar todos los esfuerzos sinceros y decididos orientados a resolver, de una vez por todas, esta grave y triste realidad. Sin embargo, exigimos de las autoridades decanales y rectorales que ejerzan la autoridad que les hemos otorgado, y, de ese modo, eliminen todo tipo de inmunidad e impunidad que favorezca a individuos o grupos transgresores de la normas institucionales y desconocedores de los derechos de los demás. 
      Este problema nos afecta a todos y todos debemos contribuir a su solución. Asumamos responsablemente el esfuerzo sostenido, continuo, necesario para que a la vuelta de unos años podamos convivir en un ambiente universitario armonioso y digno.