Estamos aproximadamente a trece meses de las elecciones para renovar las autoridades rectorales en nuestra Universidad. Es justo, pues, y conveniente, además, que la comunidad universitaria defensora de la democracia, la autonomía y todas las normas rectoras de la convivencia en paz dentro de la casa más alta, eleve el tono de su voz.
Por tanto, nosotros, UDISTAS -miembros de esa comunidad- sostenemos que está prohibido cometer errores, al menos no los mismos de antes, para así incrementar las posibilidades de éxito de una cuarteta rectoral que sea expresión de los valores que dignifican a la universidad.
El manejo arbitrario de la Universidad por parte de las actuales autoridades rectorales, también en lo relativo a la materia electoral, es conocido y sufrido por toda la comunidad. Por ejemplo, sin excusas ni pretextos, a esta altura aún no se han juramentado los representantes profesorales a la Junta Superior Universitaria electos ¡en el 2007!, ni se ha convocado a elecciones para escoger los nuevos representantes profesorales al Consejo Universitario, manteniendo ilegítimamente en sus cargos a quienes tienen vencido su período por más de un año. Si además se posponen -como se ha hecho- las elecciones federativas y de cogobierno estudiantil, no sorprendería que también arbitrariamente se pretenda postergar la fecha para la elecciones rectorales.
Hacemos públicas estas reflexiones por considerar oportuno informar acerca del modo soberbio y caprichoso como se maneja esta casa de estudio; lo que nos impone salir de nuevo en defensa de los valores democráticos y abrir la discusión propicia para acertar en la escogencia serena de los hombres y mujeres que habrán de liderar las transformaciones imprescindibles en nuestra alma mater, tanto en el ámbito de lo académico-administrativo, como en la recuperación y fortalecimiento de la autonomía y la democracia. Debemos pensar bien nuestras decisiones para cerrar el paso al apetito voraz de ciertas individualidades que terminaría por entregar la UDO a un gobierno empeñado en ponerle su mano autoritaria a todas las universidades venezolanas. La veríamos, entonces, ahogándose en el pensamiento único, obligada al culto a la personalidad, imposibilitada del libre y plural accionar en la docencia y la investigación, tal como sucede en las instituciones universitarias que este gobierno controla.
Es el momento del diálogo, forma indispensable para el acercamiento y construcción de consensos entre todos los sectores en verdad identificados con los valores y propósitos antes referidos, y dejar de lado las posiciones mezquinas y prepotentes que sólo llevarían a fracasos y decepciones.
En la UDO ya estamos más que cansados de ver los negociados electorales, donde sólo importa armar una mayoría para que los vivianes ocupen cargos, abulten sus carteras y ostenten poder, que de por sí corrompe, y cuando se absolutiza, más. Es hora de que los demócratas hagan democracia y actúen democráticamente, es decir, hagan política de inclusión, de participación y de amplitud. Es hora de que la pertenencia universitaria no se confunda con propiedad universitaria, como hasta ahora se ha hecho, llegando a humillar y perseguir a quienes no los apoyan o ni son sus cómplices. Es hora de enfrentar la gangrenosa práctica populista y clientelar que liquida todo rasgo auténticamente universitario.
LA CARTELERA DE LOS CONCURSOS POR OPOSICIÓN ¡POR FIN!
Seis años transcurrieron desde que el Consejo Universitario aprobó el llamado a concursos por oposición, proceso mediante el cual los profesores pueden pasar a ordinarios (profesores de planta). En el mes de mayo (2009) se aprobó por fin la convocatoria de los 245 cargos que saldrán a Concursos por Oposición en este mismo año. Celebramos esta iniciativa, pero también nos preguntamos: ¿por qué después de seis (6) años se abren los concursos, si según el reglamento respectivo debe hacerse máximo en dos (2) (ver artículos 30 y 31del Reglamento de Personal Docente y de Investigación de la UDO)? ¿Por qué en el Núcleo de Sucre van aproximadamente 245 cargos a concursos, mientras que en Anzoátegui son 82 y en Monagas 45? ¿Qué subyace en esa decisión? En todo caso, lo atinente al llamado a concurso es muestra irrefutable de otro fracaso de la gerencia universitaria. ¿Quedará decir: qué es una raya más para ese tigre de papel?
Por si fuera poco, el Consejo Universitario aprobó recientemente (después de la primera publicación de la cartelera) el "nuevo" Reglamento para Concursos por Oposición, del que mucho hablan tanto los profesores que serán jurados como los aspirantes, aunque no lo conocen, pues tampoco se ha publicado en Gaceta Oficial. Surge otra pregunta obligada: ¿dentro de qué marco jurídico se establecieron los parámetros de la publicación de la cartelera? Quiera Dios que no estemos ante otra "original" e "inédita" forma jurídica que también será aplicada "por primera y única vez", lo cual significa en cristiano, parida para quienes convenga a los que mandamos. La costumbre aún no espanta el asombro en la comunidad universitaria. Sirvan estas líneas para exhortar a las autoridades, particularmente al profesor Juan Bolaños, Secretario de la UDO, para que hagan público el referido reglamento y aclaren a la comunidad udista cuál es el marco legal que regirá estos concursos por oposición.
Igualmente, exhortan estas líneas a los Decanos de los cinco Núcleos para dar ya inicio al proceso de los próximos concursos, de modo que no se repita la vergüenza que hasta ahora se ha venido dando, es decir, la inhumana situación de que un profesor pase contratado hasta 15 años para que le puedan someter su cargo a concurso. Un ejercicio deprimente de una gerencia que dista mucho de lo que la Universidad requiere y la comunidad reclama en su esencia ética de La Casa Más Alta.
VIRULENTO VIRUS EN LA UDO: REELECCIONITIS
Quienes se han tomado un tiempo para mirar con cierta acuciosidad los resultados de las pasadas elecciones rectorales, pueden advertir algunos hechos importantes que, unidos a otros más recientes, abordamos en este artículo.
Apenas ganara la cuarteta encabezada por el Dr. Pedro Mago, se inició una campaña por la rectoría del siguiente período, operación que se prolongó durante los cuatro años de esa gestión. La Dra. Milena Bravo, miembro de tal cuarteta, fue electa para desempeñar el Vicerrectorado Académico, y para nadie fue un secreto que su ejercicio al frente de este despacho se centró en el fortalecimiento de las bases de su precandidatura rectoral.
En efecto, la insistencia de la Dra. Milena Bravo cristalizó al encabezar una de las fórmulas que pugnaban por la rectoría, en disputa con el Dr. José Jiménez Tiamo, ambos pertenecientes a UDO70. Este proceso fue precedido por denuncias de corrupción y fraude de lado y lado, tribunales de por medio y todo (por cierto, de eso no se supo más nada).
Otro candidato que apareció en el escenario fue el Dr. Ney Luiggi, pero su aspiración era por el Vicerrectorado Académico. Los entendidos comenzaron a hacerse preguntas: ¿por qué no postularse para Rector? Algunos opinaban que había un pacto entre Milena y Ney para sumarse (cruzarse) los votos y quebrar a Jesús Martínez (de Bolívar, candidato a VA en la cuarteta de Milena). Pero si fue así, la fórmula no funcionó: a Luiggi no le alcanzaron los votos y quedó como la guayabera.
Una vez conocidos los resultados, según los números, parece que algo hubo de cierto. Si comparamos núcleo por núcleo los votos profesorales obtenidos por Milena y su candidato a Vicerrector (Fuente: Comisión Electoral-Rectorado), vemos que en Anzoátegui, de donde es Milena, los resultados fueron 315 Milena y 203 Martínez (diferencia: 112 votos). Aquí se inician las sospechas. ¿Cómo entender eso en el núcleo originario de la candidata a rectora, donde cabía pensar que su fortaleza lo era también para Martínez? Pero veamos qué pasó en el resto de los Núcleos. En Monagas: 59 Milena y 19 Martínez (diferencia: 40 votos); en Nueva Esparta, 72 Milena y 53 Martínez (diferencia: 19 votos). Los votos de Milena duplicaban o triplicaban a los de Martínez, y era lógico preguntarse hacia dónde se iban los votos que no sumaban a los de Martínez. La respuesta parece evidente al mirar la votación de Sucre donde Milena obtuvo 212, Martínez 115 (diferencia: 103 votos), y Ney 222: un reparto casi perfecto. En el Núcleo de Bolívar no ocurrió así. 162 fueron a Milena y 151 a Martínez; la diferencia fue de apenas 11 votos.
Mientras esto ocurría entre los profesores, con Milena ganando en todos los Núcleos, entre los estudiantes pasaba lo contrario: en proporción 3 a 2 se imponía la fórmula del Dr. Jiménez Tiamo en primera vuelta, fenómeno que se repite y mejora en la segunda, con la excepción de Sucre, donde las líneas de partidos y de candidatos restaban a Jiménez para sumarle a Milena, lo que terminaba de indicar que hubo jujú, como se dice popularmente. Milena y Ney iban en llave.
Los mal intencionados señalan que los acuerdos entre estos aún continúan, que hay propósitos semejantes para las próximas elecciones rectorales; que por eso es que las autoridades aún no convocan a elecciones de los representantes profesorales al Consejo Universitario, siendo que el período de los actuales venció hace más de un año, pues ella se quedaría sin el apoyo del Prof. Luiggi en este órgano de cogobierno, donde votan también junticos. Para que no haya duda de esto: en el Consejo Universitario celebrado el 17 y 18/03/2009, el Prof. Luiggi propuso examinar las implicaciones que tendría el resultado del Referéndum del 15F para la elección indefinida de funcionarios públicos por votación popular en nuestra universidad. ¿Y qué creen? Pues en el último Consejo Universitario se aprobó la modificación del reglamentos electorales de la UDO para hacer posible la reelección de la rectora. También aquí, en la tan pregonada "casa más alta", a las ansias de poder les sobra asidero.
Ese hecho apunta a confirmar que un sector del Movimiento UDO70 ha negociado con sectores del chavismo para mantener cuotas de poder personales a espaldas del resto de sus propios cofrades y de la comunidad universitaria. También, los resultados de las últimas elecciones en el decanato de Anzoátegui, así como el reparto de cargos en tales instancias.
UDISTAS, como movimiento democrático empeñado en el rescate institucional de la Universidad, quiere alertar a la comunidad acerca de las maniobras en marcha. Tenemos que actuar de manera coherente y firme para detener las pretensiones electoreras de quienes, valiéndose de estos y otros ardides, buscan perpetuarse en el poder y continuar su cuestionada gestión.