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Oriente, 28 de abril del 2010Artículo de Opinión /pag. 24
La Universidad de Oriente, al igual que el resto de las universidades autónomas venezolanas, tiene el compromiso de inculcar valores trascendentales a través de la búsqueda de la verdad y el respeto a la institucionalidad. Nuestra universidad, desde sus inicios y en medio de sus conflictos, ha estado regida por valores que hoy vemos disminuidos cuando se abandonan los principios rectores de la democracia, el más alto valor de enseñanza académica que un alma mater puede sembrar y cultivar en sus educandos, que somos todos.
La perpetuación en el poder es indicador de crisis institucional y humana; aunque no es fácil de medir, no son poco profundos los efectos destructivos que ocasiona en el país y en sus instituciones, y, en particular, en la confianza de quienes hemos elegido. Dos casos de gran importancia destacan en la vida institucional reciente de la Universidad de Oriente.
En fecha 13 de junio de 2007 se efectuó el acto de votación que permitió elegir la representación profesoral (lapso 2007-2009) ante la Junta Superior Universitaria. Pero la Comisión Electoral, con anuencia de las autoridades –quienes no hicieron nada para impedir esta arbitrariedad– no expidió las credenciales respectivas y no procedió a proclamar a los profesores que resultaron electos a la Junta Superior Universitaria, según lo establece el Reglamento Electoral de la Universidad de Oriente en su art. 11, numeral 20. Tampoco se ofreció ninguna explicación a la comunidad universitaria. Se trata de una violación flagrante de la normativa de la UDO y un irrespeto a la voluntad democrática de los profesores electos y de los electores.
Otro caso es el de los representantes profesorales al Consejo Universitario, perpetuados y perpetuadores del poder, cuyo período de tres años se venció en el segundo semestre de 2008, según lo norma el art. 25, parágrafo primero de la Ley de Universidades vigente. Las elecciones para renovar esta representación debieron ser convocadas por la Comisión Electoral en el segundo semestre de 2007, según los plazos establecidos en el art. 168 de dicha ley. En este período de duración indefinida de la representación profesoral en el CU se han tomado decisiones que coliden con la legalidad, la institucionalidad, la academia, y –lo más preocupante– se han arriesgado la estabilidad y fortaleza moral necesarias para enfrentar los problemas que nos aguardan, que son graves y numerosos.
Hoy escribimos, porque hemos escogido la esperanza por encima de la amenaza, el camino democrático por encima de los dogmas del poder de turno. Ha llegado la hora de reafirmar, ante la comunidad extrauniversitaria y ante el país, nuestro espíritu, esa noble idea de la alternabilidad en el poder, y de mostrar a la Universidad de Oriente y a sus profesores como ejemplos a seguir. Es necesario que se convoque a elecciones de representantes profesorales ante el Consejo Universitario de la UDO con perentoriedad. Es preciso que todos los actos democráticos a celebrarse se ejerzan con el riguroso y pulcro respeto a la institucionalidad como máximo valor académico.
Nuestra universidad vive tiempos difíciles. La solución de los múltiples problemas que la agobian comienza por luchar contra la visión de que la institución pertenece a un grupo que tiene patente de corso para dirigirla violentando los reglamentos y exponiéndola a la pérdida de su autonomía.
Profa. Jacqueline Balza
UDO - Núcleo de Anzoátegui
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com/
La perpetuación en el poder es indicador de crisis institucional y humana; aunque no es fácil de medir, no son poco profundos los efectos destructivos que ocasiona en el país y en sus instituciones, y, en particular, en la confianza de quienes hemos elegido. Dos casos de gran importancia destacan en la vida institucional reciente de la Universidad de Oriente.
En fecha 13 de junio de 2007 se efectuó el acto de votación que permitió elegir la representación profesoral (lapso 2007-2009) ante la Junta Superior Universitaria. Pero la Comisión Electoral, con anuencia de las autoridades –quienes no hicieron nada para impedir esta arbitrariedad– no expidió las credenciales respectivas y no procedió a proclamar a los profesores que resultaron electos a la Junta Superior Universitaria, según lo establece el Reglamento Electoral de la Universidad de Oriente en su art. 11, numeral 20. Tampoco se ofreció ninguna explicación a la comunidad universitaria. Se trata de una violación flagrante de la normativa de la UDO y un irrespeto a la voluntad democrática de los profesores electos y de los electores.
Otro caso es el de los representantes profesorales al Consejo Universitario, perpetuados y perpetuadores del poder, cuyo período de tres años se venció en el segundo semestre de 2008, según lo norma el art. 25, parágrafo primero de la Ley de Universidades vigente. Las elecciones para renovar esta representación debieron ser convocadas por la Comisión Electoral en el segundo semestre de 2007, según los plazos establecidos en el art. 168 de dicha ley. En este período de duración indefinida de la representación profesoral en el CU se han tomado decisiones que coliden con la legalidad, la institucionalidad, la academia, y –lo más preocupante– se han arriesgado la estabilidad y fortaleza moral necesarias para enfrentar los problemas que nos aguardan, que son graves y numerosos.
Hoy escribimos, porque hemos escogido la esperanza por encima de la amenaza, el camino democrático por encima de los dogmas del poder de turno. Ha llegado la hora de reafirmar, ante la comunidad extrauniversitaria y ante el país, nuestro espíritu, esa noble idea de la alternabilidad en el poder, y de mostrar a la Universidad de Oriente y a sus profesores como ejemplos a seguir. Es necesario que se convoque a elecciones de representantes profesorales ante el Consejo Universitario de la UDO con perentoriedad. Es preciso que todos los actos democráticos a celebrarse se ejerzan con el riguroso y pulcro respeto a la institucionalidad como máximo valor académico.
Nuestra universidad vive tiempos difíciles. La solución de los múltiples problemas que la agobian comienza por luchar contra la visión de que la institución pertenece a un grupo que tiene patente de corso para dirigirla violentando los reglamentos y exponiéndola a la pérdida de su autonomía.
Profa. Jacqueline Balza
UDO - Núcleo de Anzoátegui
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com/
1 comentario:
APRECIADA JACQUELINE.
TE FELICITO POR TU ARTICULO SOBRE LA MERMA LA DEMOCRACIA EN LA UDO.- NO TENGO EL GUSTO DE CONOCERTE, PERO SINCERAMENTE APLAUDO TU DIGNA POSICION.- TEN LA SEGURIDAD QUE MUCHOS PROFESORES TIENE TU MISMA POSICION.- SOY UN PROFESOR MJUBBILADO, PERO MUY PENDIENTE DEL DESTINO DE NUESTRA UNIVERSIDAD.- TEN LA SEGURIDAD QUE SI POR MALA SUERTE LA RECTORA ACTUAL GANA LAS ELECCIONES, LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE PASARA A MANOS DE LOS CHAVISTAS, PUES ESTOS IMPUNARAN LAS ELECCIONES, PUES EVIDENTEMENTE VIOLAN LOS ESATATUTOS O REGLAMENTOS DE LA UNIVERSIDAD. UN SALUDO CARIÑOSO Y MPOR ULTIMO TE PREGUNTARIA SI ERES GUARIQUEÑA.
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