APUDONS: ¿DECISIÓN DE LA ASAMBLEA O CONVENIENCIA DE LOS DIRECTIVOS?

Miércoles 08 de junio de 2011 / p. 14

Para los miembros de APUDONS que asistimos regularmente a las asambleas la indignación y actitud de protesta de algunos de los miembros de la Junta Directiva ante la política de exclusión que nos aplica el gobierno nacional resultaba extraña. Era difícil creer que después de tanto justificar y defender los vejámenes de los que somos objeto, hubieran abierto los ojos y se percataran que todos estamos en el mismo predicamento. Los vehementes llamados a paro indefinido sorprendieron a más de uno.

Pero todo parece haber sido mera efervescencia. El martes 31 de la semana pasada, la Junta Directiva de APUDONS retomó su estrategia: anteponer intereses contrarios al gremio y emitir comunicados confusos a última hora, desacatando el llamado a paro que la FAPUV había convocado, con la excusa de no poner en peligro el semestre. Todo el discurso sobre los reclamos gremiales murió sin agonía.

La eliminación de facto de las normas de homologación, la exclusión de la que hemos sido objeto al negarnos primas que reciben obreros y empleados, el dinero adeudado desde hace más de ocho años por el cálculo erróneo de los bonos vacacionales y de fin de año, el pago de las prestaciones sociales a los jubilados, pero sobre todo el engaño que significaron las mesas de trabajo con el MPPEU se volvieron, de pronto, insignificantes ante el apremio de otro semestre mal planificado y de un intensivo que priva sobre el normal funcionamiento del Núcleo. La responsabilidad del incumplimiento de la planificación académica no es de los profesores.

¿Qué ocurrió para que la Junta Directiva de APUDONS desestimara las decisiones de la asamblea? Pudo haber sido presión externa, conveniencia electoral o cambio de luna. Quizás en alguna asamblea, alguien sin ningún pudor, nos dirá la razón. En la masa profesoral escasean la conciencia y la acción gremial. Entonces, además de los colegas que laboran como máquinas programadas para dar clases, tenemos una junta directiva que actúa como freno a nuestros legítimos reclamos, que aparenta actuar en nuestra defensa pero usa la desorganización y la información tardía como un arma muy efectiva para minimizar la protesta. Como diría el de los mil y ningún nombres, "pretender pretendiendo". Les falta la valentía que tuvo nuestro colega, el Prof. Omar Rodríguez para enfrentar al gobierno de Jaime Lusinchi, su copartidario, en defensa de nuestros intereses.

Los empleados y obreros cuando deciden pararse lo hacen atendiendo a sus intereses y consiguen sus objetivos. Los estudiantes hacen lo mismo. Todos conocemos cómo se logró el ingreso de 207 estudiantes que no cumplían con lo pautado por el CNU a comienzos de abril de este año; todos sabemos cómo se paran las clases y se generan actos de violencia por asuntos nada académicos. El mismo decano en un comunicado oficial reconoció que a integrantes de la FCU se les ha favorecido con actuaciones irregulares y al margen de los reglamentos.

Los profesores padecemos todo tipo de presiones desde adentro, por parte de las autoridades y de los estudiantes, para que dictemos clases en condiciones poco universitarias, y desde afuera, por el gobierno, para quebrar nuestra dignidad. Por la ausencia de compromiso gremial para defender nuestros derechos nos hemos convertido en el eslabón más débil de la cadena. Pareciera que somos los únicos que no tenemos derecho a protestar.

Los derechos adquiridos por el esfuerzo de tantos colegas en el siglo XX no pueden entregarse por comodidad o por sometimiento. Mucho camino hemos andado para permitir que un pequeño grupo de inescrupulosos conculque nuestros logros. Los docentes universitarios tenemos que hacernos escuchar y sentir.

Prof. José Rafael Díaz Ramos

Depto. Biología Marina, IOV.

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