domingo, 22 de agosto de 2010

SOLICITUD DE CONVOCATORIA DE ELECCIONES DE REPRESENTANTES PROFESORALES AL COGOBIERNO UNIVERSITARIO

Cumaná 08 de julio de 2010

Ciudadanos

Presidente y demás miembros de la Comisión Electoral

Universidad de Oriente

Su despacho

Quienes suscriben, profesores de la Universidad de Oriente, les manifestamos nuestra preocupación por la evidente y sostenida violación de la Ley de Universidades y el Reglamento Electoral de esta casa de estudios en lo relacionado con la elección de la Junta Superior Universitaria y de la representación profesoral ante el Consejo Universitario de la Universidad de Oriente. Estas violaciones ocurren mientras que ustedes hacen el llamado a la elección de las autoridades rectorales para el periodo 2010-2014.

A este respecto, les recordamos que en fecha 13 de junio de 2007 se efectuó el acto de votación que permitió elegir la representación profesoral ante la Junta Superior Universitaria (lapso 2007-2009). Hasta ahora no sabemos por qué la Comisión Electoral no expidió las credenciales respectivas y no procedió a proclamar en un tiempo perentorio a los profesores que resultaron electos en ese proceso, según lo establece elReglamento Electoral de la UDO en su artículo 11, numeral 20. La comunidad universitaria no recibió una oportuna aclaratoria, a pesar de que en comunicación enviada al Presidente de la Comisión Electoral UDO, con fecha 01 de octubre de 2007, se le solicitó “una explicación de las razones que privaron para que no se cumpliera con los estatutos electorales de la Universidad de Oriente”. Tampoco sabemos qué razones privaron para que no se observara el Reglamento, ya que es responsabilidad del Presidente de la Comisión Electoral “cumplir y hacer cumplir las disposiciones de este Reglamento, las emanadas de la Comisión Electoral y las que dicte el Consejo Universitario” (artículo 12, numeral 1).

Así mismo, es irregular la no convocatoria a la elección de los representantes profesorales al Consejo Universitario. El período de tres (3) años de los profesores que ocupan tal representación se venció en el segundo semestre del año 2008, según lo norma la Ley de Universidades vigente en su artículo 25; allí se establece queEl Consejo Universitario estará integrado por […] cinco representantes de los profesores”, y a continuación indica el parágrafo primero: Los representantes de los profesores [...] durarán tres […] años respectivamente, en el ejercicio de sus funciones […]”. Las elecciones para renovar esta representación debieron ser convocadas por la Comisión Electoral en el segundo semestre del año 2007, pues así lo establece el artículo 168 de la misma ley, donde se señala que La Comisión Electoral convocará a elecciones en el transcurso del segundo semestre del año lectivo anterior al vencimiento de los respectivos períodos electorales”. Este acto no ha sido ejecutado por ustedes, contraviniendo, una vez más, la Ley de Universidades, y sin explicaciones a la comunidad universitaria. En este período de duración indefinida de la representación profesoral en el Consejo Universitario se han tomado decisiones y se han promulgado resoluciones que coliden con la legalidad y la institucionalidad, y –lo más preocupante– se han arriesgado innecesariamente la estabilidad y fortaleza moral necesarias para navegar ante los problemas reales que nos aguardan, que son graves y numerosos.

A la fecha de esta comunicación están vencidas también (desde el 2009) la representación profesoral a los Consejos de Escuela, Consejo Científico del Instituto Oceanográfico de Venezuela y Consejos de Núcleos. Es necesario que se convoque a elecciones de representantes profesorales con perentoriedad. Es imperioso que todos los actos democráticos a celebrarse se ejerzan con todo el riguroso y pulcro respeto a nuestras leyes y estatutos, a la institucionalidad como máximo valor académico.

Hoy, nos dirigimos a ustedes para exhortarlos a retomar el camino democrático, el mismo que se ha pretendido subordinar a intereses particulares y grupales. Ha llegado la hora de reafirmar, ante la comunidad universitaria y ante el país, nuestro espíritu democrático, y de mostrar a la Universidad de Oriente como ejemplo a seguir.

Nuestra Universidad ha tenido tiempos difíciles, pero siempre ha seguido adelante, no sólo gracias a la visión de quienes otrora ocuparon los más altos cargos, sino porque profesores y estudiantes, han permanecido fieles a nuestros estatutos fundacionales y a los ideales democráticos y autonómicos.

Así ha sido, y así debe ser con esta generación udista.


Atentamente


120 Firmas suscriben este documento

Firmas Adjuntas


C.c./ Autoridades Rectorales, CU, APUDO (Anzoátegui, Bolívar, Monagas, Nueva Esparta, Sucre), Comunidad Universitaria, FAPUV, AVERU

martes, 10 de agosto de 2010

EL EDIFICIO DE CIENCIAS: 100 escalones de abandono






Comunidad / 11-08-2010 / Pág. 13

El viejo edificio de Ciencias no tiene dolientes; no los tuvo cuando lo declararon inhabitable, después de la noche de desvelo y pavor que tuvo el Director de Planta Física de la UDO, Prof. Akram Bouf, cuando vio caer el puente sobre el Río Mississippi (EEUU) el 1º de agosto de 2007. El Prof. Bouf imaginó que algo así podría ocurrir aquí. Después de declarar su inhabitabilidad, la suerte y lenta agonía del edificio fue decretada.

El edificio emblema del Núcleo primogénito de la Universidad de Oriente existe desde aproximadamente unos 43 años. En él, por mucho tiempo, se generó un gran porcentaje de la investigación que se hacía en la Universidad de Oriente. Sin ser un instituto de investigación, sus profesores y tesistas produjeron conocimiento y progreso en diversas ramas de las ciencias físicas, químicas y biológicas. Hoy es un homenaje a la desidia, a la poca importancia que para el gobierno nacional y las autoridades universitarias tiene la ciencia. Numerosos Decanos, Coordinadores Académicos de Núcleo, y hasta un Ministro de Educación Superior, salieron de sus departamentos.

Su anatomía está en tan mal estado que la mezcla de decepción y rabia dificultan su descripción. Por fuera, las fachadas norte y sur exhiben capas de pintura descolorida y desconchada que revelan eras de abandono dignas de un estudio paleontológico, y, además, reflejan la ignorancia en el mantenimiento de un edificio hecho en obra limpia. Parasoles desvencijados, grietas a granel, tuberías oxidadas, filtraciones, viejas cuerdas de pancartas y pegotes de afiches viejos, dan cuenta de las arrugas y el abandono que sufre. Por dentro, son 100 los escalones manchados y agrietados, que han permitido recorrer sus cinco pisos a estudiantes durante su paso por la Universidad y a profesores durante una gran parte de su vida productiva, los que muestran la ignominia. En las paredes y techos de cada piso rebotan los sueños, pensamientos y diatribas de miles de jóvenes que alguna vez soñaron, con hacer grandes descubrimientos y lograr quizás algo de reconocimiento. En cada piso, equipos desincorporados, como parte de las medidas paliativas para aligerar la carga del edificio, y que alguna vez fueron la última versión de todo lo nuevo (¿Por qué no están en un museo?), reposan desde hace dos años, quizás más, a las puertas de dos viejos ascensores que no funcionan hace más de diez años. El Edificio de Ciencias está en penumbras; después de las cinco y media de la tarde, es imposible hacer ninguna actividad. Por otra parte, las fallas de energía eléctrica, agua y gas refrendan el estado del país. Su última tragedia, el incendio de los depósitos de Química y Biología, como consecuencia del racionamiento eléctrico y el abandono, contribuyó más a su deterioro.

Lo peor es que no se vislumbran soluciones. Los planes de rescate y las recomendaciones de intervención y refuerzo de los ejes de la infraestructura, sellado y revestimiento de grietas, columnas, pantallas y parasoles no se han hecho. Ni siquiera se ha emprendido la reparación de las filtraciones de agua. Las reparaciones menores que podría realizar la institución que cuenta con personal para ello, léase, electricidad, plomería, refrigeración y mantenimiento, no se han realizado tampoco. Una vez más la falta de recursos que condena el éxito de cualquier gestión se hace presente. El entonces ministro de turno del MPPES, profesor adscrito al Dpto. de Física, se comprometió, en asambleas realizadas durante febrero 2008, a facilitar los recursos que ameritaba la reparación de la Escuela de Ciencias y hasta la fecha no se ha concretado nada. Las autoridades decanales y rectorales supuestamente han hecho su mejor esfuerzo en la consecución de estos recursos, pero hasta la fecha no se sabe si es cierto o si se trata de una leyenda urbana: los recursos están represados en alguna instancia y la eficiente gerencia universitaria no ha podido lograr su desembolso.

Mientras tanto, siguen siendo 100 los escalones que hay que recorrer para conocer la realidad y el abandono del edificio de Ciencias. Cómo creer que la entrega del Núcleo al oficialismo, como planean algunos colegas, sea la solución a nuestros problemas, cuando éste es corresponsable de lo que sucede.

Prof. José A. Véliz

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com/


jueves, 5 de agosto de 2010

FRUSTRACIÓN Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA





Comunidad/ 05-08-2010 / Pág. 13

Este gobierno ha fracasado evidentemente. Entre los sentimientos que suscita este fracaso destaca la decepción. En 1998 un porcentaje muy alto de la población expresó su desilusión ante los gobiernos adecos y copeyanos y creyó en una alternativa y una esperanza buscando un país mejor donde los recursos fueran manejados honestamente para darle oportunidades democráticas a todos y, en particular, a los más desposeídos.

Después de 11 años de gestión un desencanto muy grande sustituyó a la esperanza ante las promesas incumplidas y la cantidad de desatinos cometidos.

La nueva constitución se convirtió en una de las primeras victimas de aniquilación institucional a raíz de una pasión desenfrenada por el poder que no respeta los valores históricos ni su sedimentación en las leyes.

Los índices de inseguridad personal han crecido exponencialmente convirtiéndose en el mayor problema para la población, que no entiende el desinterés y la ausencia de mecanismos para recuperar la tranquilidad ciudadana.

Enfermedades endémicas, que ya habían sido controladas, repuntan mientras las políticas oficiales sanitarias se muestran ineficientes para proseguir una labor institucional que se llevó efectivamente por décadas.

Barrio Adentro, política bandera del actual gobierno, languidece por falta de recursos, después de la efervescencia y la publicidad inicial, al igual que los centros que constituyen el sistema de salud pública, donde los familiares deben costear los gastos de medicamentos y otros artículos médicos.

La red de comercios e industrias nacionales se encuentra desmantelada con el consecuente aumento del desempleo y pérdida de capital nacional.

La promesa de soberanía alimentaría se convirtió en una gigantesca red de corrupción. Hoy dependemos más que nunca de los puertos para obtener los alimentos de la dieta diaria.

Los venezolanos se encuentran empobrecidos por efecto de la inflación y el desabastecimiento.

El clientelismo, la discriminación y la persecución políticas se acentúan y magnifican sustituyendo la preparación profesional y los mecanismos cristalinos y democráticos.

La corrupción es inocultable pero se le permite y apaña mientras avanza el deterioro del nivel de vida de la generalidad.

En el ámbito universitario se suceden episodios que configuran un plan de apoderamiento político, exponiéndonos al retraso científico y académico.

Llama la atención que los oficialistas y quienes no adversan a este gobierno se comporten políticamente como si no vieran este fracaso, resulta claro que los filtros perceptuales y actitudinales distorsionan la realidad al punto de oscurecerla, al punto de posponer la imposición de la realidad. Pero más tarde o más temprano la realidad acaba por penetrar nuestros sentidos y, lo más importante, nuestra conciencia. No tomar en cuenta los elementos del fracaso del actual gobierno resultaría una acción suicida porque terminará haciéndonos victimas propiciatorias de nuestra propia destrucción. Errar es de humanos persistir en el error es de necios.

El ciclo natural de la decepción es la insatisfacción cuando no vemos realizadas nuestras expectativas. La insatisfacción reúne sorpresa y dolor. Si las condiciones de decepción perduran se llega, fácilmente, a la frustración y a la desesperanza. En los casos en los cuales se supera la frustración, el ciclo se reinicia con la elaboración del duelo y la creación de nuevas expectativas.

En el presente, observamos como la desesperanza y el temor se han apoderado de grupos de venezolanos quienes, renunciando a la participación política, meten la cabeza en la tierra como el avestruz.

A los desesperanzados les decimos que, aunque imaginemos que estamos tocando fondo, la situación aún puede empeorar. No será cerrando los ojos como lo evitaremos. Si el poder reside en las personas, en la gente, en el pueblo, debemos retirárselo a los incapaces, debemos impedir que sigan haciendo daño, desmantelando el país.

A los que confiaron en los incompetentes que gobiernan les decimos que peor que errar es renunciar a la posibilidad de aprender de nuestros errores y peor aún es desistir de la posibilidad de rectificar.

A quienes añoran y a quienes temen volver al pasado, les decimos por igual que tal cosa no es posible, ni deseable. Es necesario convertir la decepción en crítica, en expresión y en acción política. Debemos actuar hoy si queremos un futuro mejor.

Profesor Ramón Oswaldo Ochoa Guerra

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com/