Profa. Francys Peretti
Dpto. Idiomas Modernos UDO-Sucre
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com
REGIÓN, miércoles 01 de febrero de 2012 / p. 14
Por amor se han hecho muchas cosas en la vida. El amor por las personas y por lo que hacemos ha sido siempre la fuerza que mantiene relaciones e inspira las más extraordinarias hazañas hacia el arte. El amor también inspira el trabajo y el estudio, y nos impulsa hacia el progreso y el bienestar en el marco del deber ser y del desarrollo de virtudes y del espíritu ético y moral. Sin embargo, el amor y el odio caminan de la mano.
Mientras escribo este artículo, escucho a la agrupación Carpenters, para llenarme de su serenidad, la que tanto necesitamos en el Núcleo de Sucre de nuestra Universidad de Oriente, allí donde el odio y el amor combaten ferozmente; el uno causando la destrucción y el caos; el otro luchando por nuestro arte académico, por nuestra educación superior, y el derecho al trabajo digno y al estudio de nuestra población.
Desde hace ya 20 años, recorro los espacios de una institución que se niega morir, pero que envejece en la desidia y se angustia en claroscuros. Por amor al arte, nos sacrificamos para llegar a nuestros salones. Y en ellos, con los pocos estudiantes que aún creen, sin luz y sin ventilación, iniciamos la ardua labor, frente a unas paredes fusiladas de obscenidades y con la algarabía desenfrenada de los gariteros y los grupillos apostados alrededor de las buhonerías foráneas.
Por amor al arte, hemos soportado el odio de pequeños grupos que han desatado el caos por doquier, pero que no han logrado, a pesar de todo lo que han hecho, menguar la dignidad y el trabajo de muchos profesores, empleados y obreros. La Universidad no es de quien la toma a la fuerza, ni de quien la pisotea, ni de quienes la usan para actos delictivos. La Universidad le pertenece a todos aquellos que la defienden en su deber ser y para su propósito indiscutible: la formación académica y ciudadana.
Por amor al arte, muchos arriesgamos la vida en edificaciones no aptas, conviviendo con el peligro. Todos cohabitando en el deterioro coleccionado durante años por autoridades decanales y personajes políticos, que lejos de resguardar lo institucional, simplemente se han convertido en acumuladores de poder, el que no les ha servido ni para lograr un interés mínimo del gobierno nacional hacia los problemas de nuestra institución universitaria y mucho menos hacia el reconocimiento salarial de todos sus trabajadores.
No hay color político que valga. Que nuestras autoridades sean y hayan sido adeptas a este Gobierno en tantos años, no ha significado nada provechoso para nuestro Núcleo. Como tampoco parece significar nada para los colegas que aún siguen eligiendo candidatos por obligación partidista y no académica. Yo me pregunto con insistencia, ¿cuáles serán sus sentimientos hacia esta Casa de estudios: odio o amor? Ningún universitario está protegido de lo que pasa en el Núcleo y en sus extensiones. No es justo hacernos de la vista gorda por obligaciones políticas.
Debemos apelar a la conciencia y encarar un cambio. Ese cambio empieza por tener más sentido de pertenencia con la Institución, por cumplir cabalmente con nuestras normativas, por participar más activamente en las soluciones que estén a nuestro alcance, por escoger a candidatos que representen ese cambio sin miedo a reprimendas partidistas, y por demostrarle verdadero amor a la Universidad. Porque es el amor lo que nos dará la fuerza para lograr nuestra gran hazaña educativa; recuperar a nuestra institución es nuestro deber moral y ético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario