miércoles, 30 de enero de 2013

¡Hay una universidad posible!


UDISTAS
Región, 30-01-2013, p.14


Prof. Reinaldo Cardoza Figueroa*

Por avatares del destino, el año pasado terminé siendo profesor a dedicación exclusiva en la UDO-Sucre/Carúpano. Después claro está de la ardua experiencia que significa un Concurso por Oposición. Muchos de mis cercanos me insistieron en que era una locura, pues la UDO-Carúpano no era más que una “escuelita”, un “liceo”. Yo les respondía, medio en broma, arguyendo que la idea no me desagradaba del todo, pues ya llevaba cuatro años dando traspiés en los liceos de Cumaná, Araya y Cumanacoa como supervisor de Práctica Docente; aunque entendía perfectamente el sentido peyorativo de los epítetos con los que se calificaba a esta sede de nuestra Universidad. Así que dispuesto a cambiar de dirección de habitación y de trabajo, di otro rumbo a mi vida.
La primera impresión que tuve fue que, en efecto, se trataba de una escuela o un liceo en sentido literal. Me explico: la sede de Carúpano funciona en una estructura construida para un liceo o una escuela, y con el transcurrir de los años la infraestructura ha ido creciendo. Gracias a mi formación como artesano de la madera suelo ser un observador detallista y, así, de significativos detalles, poco a poco, se fueron poblando mis días en la UDO-Carúpano; estaba ante un verdadero hallazgo, al menos para este udista demasiado (mal) acostumbrado por experiencia y padecimiento a la desidia institucional. Estaban, por ejemplo, los pasillos y jardines limpios, las aseadoras que trabajaban todos los mediodías dejando impecables los baños y salones, las clases hasta las ocho de la noche, el transporte que funciona y los aires acondicionados que son reparados en menos de veinticuatro horas, los superiores que te tratan con respeto, los compañeros de trabajo amables y receptivos… Y así otras tantas cosas que he ido percibiendo cada vez que acudo a la sede, que me hacen pensar que no estoy en la Universidad de Oriente, que ésta no es la misma institución enferma en la que llevo trabajando más de cuatro años. O, por el contrario, que la Universidad posible existe, no en otra región o en el exterior: la tenemos en Carúpano. Una que no se ha contaminado y que ha logrado mantenerse alejada de ciertos vicios que se han normalizado en otras sedes y núcleos. Sin embargo, aún nos falta reflexión profunda sobre lo que somos como cuerpo; no tenemos conciencia de su organicidad.
Son detalles, es verdad, y quizá exagero. Pero cada día mi convicción es mayor; al menos esos detalles fortalecen mi percepción, me hacen recobrar la fe en una Universidad real, nada utópica. Eso es reconfortante.

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* Prof. Licenciatura en Educación Integral UDO-Sucre / Carúpano

miércoles, 23 de enero de 2013

Cerebros perdidos



UDISTAS
Región, 23-01-2013, p. 14

Willians Barreto*

En julio del 2011, en la soledad de una habitación de hotel en Bogotá, preparando los detalles finales de un curso, llamaron a la puerta, era mi hija, médico residente –estudiante de posgrado- del servicio de pediatría en el HUAPA de Cumaná. Ella, de vacaciones, se fue en llanto al verme en el umbral. Al pacientico -como le gusta decir- mostrándolo en el  avatar de su smartphone, recién le habían extraído la mitad de la materia gris, sobreviviendo a la operación. Hoy es todo un campeón recuperando funciones. La medicina en nuestro país no es la mejor del mundo, pero para la madre de este niño es lo máximo.
Los posgrados del país, y los de medicina no son la excepción, están quedando desiertos. Es una consecuencia del desprecio al talento nacional como política de Estado. La pérdida de materia gris tiene muchas expresiones. Hay quienes no resisten la descomposición social, los que no logran conectar con un puesto de trabajo, los que son víctimas de la delincuencia, del azar y de sí mismos. Y los que viven un exilio en su país.
En enero del 2013, el Gobernador, Director de Puertos, Director de Salud, Físico de profesión, Político de oficio, ofrece audiencias a diario, sentado en un banco de la plaza Bolívar. Mucha gente puede estar feliz con esta ominosa excentricidad, pero otra gente  puede sentir una vergonzosa humillación.
Y el caso es que el servicio pediátrico del HUAPA de Cumaná está quedando sin residentes. Tres médicos, que están por cumplir con el Artículo 8 de la Ley del Ejercicio de la Medicina, referente al servicio rural, han solicitado permiso para el ingreso al Posgrado en Pediatría de la UDO, operativo en el HUAPA. La autorización puede estar en manos del Director de Salud. Por iniciativa propia, una comisión del servicio de residentes fue a la plaza Bolívar y, aunque en cumplimiento de sus funciones y de guardia, la obligaron a hacer una larga cola como parte de un pueblo postrado y sumiso. Cuando llegó el turno la comisión explicó el caso de los tres médicos rurales y el caso fue negado sin anestesia, con un argumento insólito. El Director de Salud no quiere ser copartícipe de la posible mala praxis de esos tres médicos rurales. ¿Será que el Director de Salud duerme tranquilo con la praxis de los médicos comunitarios venezolanos y de los médicos cubanos que sin hacer reválida ejercen en nuestro país, en flagrante violación de la Ley del Ejercicio de la Medicina?
Hay cerebros sumidos en la cotidianidad, aceptando la absurda realidad, dejándose arrastrar por ella.
Hay un cerebro desconfiado, solo, con la sonrisa sombría que depara a veces la soberbia del poder, seco, perdido para siempre.

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*Prof. Centro de Física Fundamental-ULA

miércoles, 16 de enero de 2013

Silencio sobrevenido


UDISTAS
Región, 16-01-2013, p. 14

José Marcano Carpintero*

“Decir cuando conviene decir, callar cuando sea necesario callar”: un apotegma digno de ser analizado a la luz de algunos acontecimientos que han devenido en la inquietante situación política del país. Durante los últimos treinta y tantos días hemos sido testigos de un espeluznante bombardeo de opiniones, manifestaciones de solidaridad, interpretaciones jurídicas y silencios oficiales, pero lo peor en el clima político es la incertidumbre que se ha ido adueñando del país en razón de una circunstancia sobrevenida, de la que se dice poco y se calla mucho.
En este punto la causa sobrevenida toma ribetes abstractos, misteriosos, aun cuando pareciera estar muy clara. “Sobrevenido” es todo acontecimiento que no haya sido contemplado en un cronograma o plan; “sobrevenido” es aquello que surge imprevisto y, por tanto, obsta el desarrollo de los planes que se establecen siguiendo pautas estandarizadas. Lo sobrevenido tiene que ver con una situación desconocida a la hora de asumir un compromiso, un rol o simplemente una posición u opinión que a la postre puede interferir de manera abrupta sobre las acciones de una persona o grupo de personas.
También, en el mismo contexto, aparecen dos nociones excluyentes: “falta temporal” y “falta absoluta”. La pregunta que surge es: ¿qué implica una falta? Tomemos dos términos elementales para definirla: ausencia, carencia. Sin medias tintas. Una falta nunca podría ser relativa porque asumiríamos como válido un término lógicamente imposible, “semipresencia”. En este sentido, la lógica me dice que “estoy” (presencia) o que “no estoy” (ausencia); los dos términos me obligan a pensar rigurosamente en un sentido temporal o permanente. En este punto debo resumir: el no darse en el tiempo previsto la juramentación del Primer Mandatario Nacional, por una causa sobrevenida, es decir, un imprevisto, demandaría obligatoriamente una declaración de falta temporal o de falta absoluta; sin dejar espacio para una interpretación/declaración tan indefinida como la que atizan los más altos funcionarios gubernamentales, que genera por sí sola una suerte de limbo constitucional: El Presidente está pero no está.
Si se hubiese hablado cuando era necesario hablar, aun saltando por encima de las conveniencias políticas y de poder, hoy otro gallo cantaría: no sería necesario callar cuando menos se debe callar. El silencio deja abiertas las compuertas del dique incontenible que es el rumor, lo que desencadena medidas de censura y autocensura y el despliegue de estrategias de interpretación jurídica que resultan capciosas al ojo de los analistas,  que abundan en circunstancias tan confusas. Lo más preocupante son las fisuras jurídicas que aparecen en el blindaje del aparato de Estado, el mismo que hasta hace poco parecía sólido e inquebrantable, sólo por no asumir a tiempo lo que hoy se pretende “sobrevenido.
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* Prof. Dpto. Currículo y Admón. Educativa UDO-Sucre

La Universidad y las semillas del odio


Región 09-01-2013, p.14


Adriana Cabrera*
Al momento de escribir este artículo ya fue electa la “nueva” directiva de la Asamblea Nacional. Ha sido particularmente difícil escribir con tanto ruido de fondo, y con el añadido de que, al momento de su publicación, será la víspera de la juramentación presidencial. En medio de todo, pues, la pregunta central es obvia, pero muy difícil de responder: ¿cuál es el papel que le toca cumplir a la Universidad en esta hora triste, pervertida por aves de rapiña desde los podios del poder?
En el hemiciclo se instaló una arena para la diseminación del odio, para el comercio del poder, la inflamación del resentimiento. Esta vez no hay gobiernos pasados que culpar. La muerte hace su primer trabajo: mostrarnos como somos, materia efímera, y en muchos casos, de naturaleza cobarde y soberbia. Y para ello, la verdad, no es necesario que haya ocurrido ninguna muerte. Sin dejarnos tentar por especulaciones (es imperativo exigir información seria y no este tinglado de contradicciones montado por voceros oficiales), hay una realidad que no ofrece dudas: quien debería ejercer el poder no lo está ejerciendo y permanece mudo en una isla extranjera con la anuencia de quienes tienen el deber de cuidar con celo y dignidad nuestra soberanía —empezando por el mismo paciente. La herencia que ha dejado es un fruto envenenado.
En esta hora vacilante, ¿qué puede la Universidad? ¿Puede algo la fe en el pensamiento, en la consolidación de la racionalidad? La universidad es, en esencia, trascendente. No puede realizar su labor sino sobre la base del pensamiento abierto y democrático, a través del ánimo libre de la investigación, a través del cultivo de las cosas que crecen, que son rectas y construyen la belleza. La Universidad es contraria a la violencia, al espíritu del odio y, fiel a su papel necesario, debe oponerse al florecimiento de todo mal.
El ratificado presidente de la Asamblea expresó que la oposición no tendría representación en la directiva, interpretando a su modo torcido la voluntad expresada por el electorado el pasado 7 de octubre. Interpretó como él bien sabe hacer, quebrando, manipulando, convirtiendo preferencia en discriminación, exclusión y aniquilamiento. En su juramentación usó el calificativo de hermosa para referirse a la revolución, con la mano derecha sobre la Constitución que juraba respetar mientras con la izquierda le torcía el cuello. Vociferó que el permiso del candidato electo se extendería hasta que su salud se restableciera, pisoteando cualquier plazo constitucional (y “chito, a callar todos”). Escupió su juramento y ejecutó la pretendida hermosura de la revolución con un salivazo certero de odio. Amenazando. Sonriendo por lo bajo. Es la hora sórdida que se cierne sobre la nación entera. La Universidad debe poner lo mejor de sí para que las semillas del odio no prosperen.
Que nos sea leve.
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* Profa. Dpto. Filosofía y Letras UDO-Sucre

viernes, 4 de enero de 2013

Esperanza Cumanagoto



Región, 03-01-2013, p.14

Willians Barreto*

Gracias a la generosidad de José Mendoza y Diego Subero, fuimos a Mochima en peñero. En navidades, desde el barrio Cumanagoto fuimos al mercado por bastimento, remontando fácil el Manzanares. Ya de vuelta, a estribor, Cheché me dijo cuando divisamos el Núcleo, a sotavento y mar adentro -allá está tu UDO. Entre la brisa, el agua, el sol y la sal, veía al Cerro, Coloreado.
En efecto, detrás de la montaña estaba el mar. Sólo hacía falta un pensamiento fuerte. Hacen falta más de veinticuatro horas para llegar por tierra desde Mérida a la alcabala, en el límite con Sucre. Y la primera impresión es que alguien se ríe a sus anchas  para no parecerse más a una Mona Lisa. La imaginación hace ver ahora a una vieja zalamera, desdentada, burlándose. Uno entiende kilómetros más arriba por qué. Vota por el corazón (enfermo) de la patria para continuar la obra (de autodestrucción). Una carretera hundiéndose. Y la gente vota (y la gente no vota). Vota para seguir desangrando al Estado y a la Universidad, ahora desde la gobernación y a punta de hojillas. Y la gente vota (y la gente no vota). Y la gente vota (y la gente no vota). Pasándose la mano por la frente en actitud de cansancio, expresando con cinismo que ahora le han dejado “este” caramelito entre manos. Más abyección, imposible.
Mucha basura a la orilla del río, a la orilla de la playa y a la orilla del poder.
También percibo esperanza universitaria cuando veo el esfuerzo a largo plazo de Cheché y Diego. Esperanza Cumanagoto, nobleza también. Sangre azul de mar profundo. Que sólo admiten la superación personal mediante el trabajo y el conocimiento. Veo a Cheché patentando dispositivos electrónicos, a Diego haciendo un doctorado en nanotecnología, allende los mares. Ellos no se han doblegado, como Udistas de pura cepa y estirpe.
En un nuevo año, con esperanzas renovadas, tenemos que seguir resistiendo los embates de un poder troglo-retro-abusivo. Antiuniversitario y antiautonomista. Tenemos que resistir lo que al final denominan revolución militar. Sin callar, reflexionando, criticando, haciendo.
Más temprano que tarde, en esto se basa una esperanza bien fundada, veo a Udistas tomando el timón del Núcleo. Cheché y Diego vienen del pueblo y a éste ellos han de ir. Ahora más que nunca.
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Prof. Centro de Física Fundamental-ULA
@wobarreto