Región, 08-05-2013
José
Marcano Carpintero*
Los
profesores universitarios definitivamente hemos entrado en una etapa de crisis
pronta a la debacle; no sólo por las condiciones económicas originadas en el
paupérrimo salario que percibimos, sino por las consecuencias socio-laborales
en las cuales debemos ejercer nuestro rol de formadores académicos de las
nuevas generaciones de profesionales. Representa esta crisis el punto de
quiebre de las necesarias condiciones de estabilidad socioeconómica y emocional
que deben regir el ejercicio de nuestro magisterio.
En
el Núcleo de Sucre, un grupo de profesores hemos asumido posiciones críticas ante
las condiciones que han generado la mentada crisis, y hemos integrado un
movimiento profesoral importante dispuesto a trabajar para impulsar nuestra
justa protesta y refutar con acciones la intolerancia que en el seno de ciertos
sectores administrativos y gremiales han contribuido en la generación de un
clima de desasosiego, de temores, de coacción tácita, en una premeditada
dilación de los procesos que nos pondrían a la par con las decisiones y
acciones de las demás asociaciones de profesores, reunidas bajo la figura de la
FAPUV, nuestra histórica representante gremial.
Visto
desde fuera, y a la luz de algunas posturas particulares, pareciera que el
conflicto que presentamos los profesores de las universidades del país tiene un
matiz eminentemente político y bajo esa premisa se le quiere tratar. Pero no,
el conflicto de los universitarios va más allá de las posturas políticas de
quienes reclamamos justamente derechos laborales para todos, amparados, por
supuesto, en las mismas leyes y disposiciones contractuales que han ido
conformándose en el transcurso de intensas luchas, que en su momento
emprendieron las organizaciones gremiales que nos representan. Por tanto, este
es un conflicto laboral y de interés colectivo, y no un conflicto llevado por
intereses políticos como han argumentado los personeros afectos al oficialismo.
Si bien es cierto que las coyunturas políticas actuales
han acentuado el marco referencial de nuestras lucha, también lo es que todos,
independientemente de si militamos o no en una acera política, nos vemos
afectados por los retrasos e incumplimientos contractuales en los que ha
incurrido el gobierno con el sector universitario.
En este momento todos los miembros del gremio profesoral
estamos bajo las mismas condiciones y el mismo régimen salarial; a todos nos
afecta por igual esta situación. Es hora de encauzar la lucha mancomunadamente,
con el único interés de preservar el derecho que nos asiste legalmente y
consolidar un clima de conciliación que permita el resurgir de la universidad
venezolana, como el mecanismo de desarrollo científico-tecnológico y
socio-humanístico que demanda el país.
*
Prof.
Dpto. Currículo y Admón. Educativa UDO-Sucre
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