UDISTAS
Región, 15-05-2013, p.14
Willians Barreto*
Capriles vino a Mérida para una
Asamblea de Ciudadanos y le escuchamos al instante la recomendación a los
universitarios de no ir al paro indefinido.
Es evidente que el gobierno ha generado
una crisis universitaria sin precedentes y que los líderes de la oposición tampoco
entienden el talante de las universidades públicas y autónomas. El camino
trazado por el difunto líder de la revolución es transitado inexorablemente
hacia el barranco. Todos los ministros para la educación universitaria hicieron
cumplir el proceso destructivo, violando los derechos de los profesores,
estudiantes, empleados y trabajadores. Es probable que el único propósito del
gobierno sea la intervención definitiva y tomar el control de las universidades.
Es lógico suponer que, en parte, por esta razón Capriles recomendó que no vayamos
al paro indefinido, que seamos creativos. Por otra parte el gran problema para
la dirigencia opositora es lograr nuevas elecciones en un clima de paz y sin buscar
más conflictos que desvíen la atención.
Precisamente por la defensa
de los DDHH de todos los venezolanos se han impugnado las elecciones. Pues
bien, a los universitarios se nos veja, nos asfixian, nos niegan un salario
justo en detrimento de la calidad de nuestro trabajo y en consecuencia de la
formación adecuada de nuestros estudiantes. Aumentar las jornadas de labor
docente es equivalente a seguir votando bajo las mismas condiciones, aumentar
sustancialmente el número de votos y seguir perdiendo elecciones. Es equivalente
a seguir aceptando el desmadre económico y la estafa a la nación. Es
equivalente a votar esperando el fraude seguro. Para seguir un camino incierto
es preferible un paro indefinido, con estudio no convencional y realizando
investigación, pensando y planeando un
futuro mejor. Un líder demócrata escucha y propone, rectifica, no siempre
tiene la razón porque humanamente es imposible estar en todo y no equivocarse.
El autócrata sin tener razón impone su criterio y como autómatas sus seguidores
hacen cumplir su voluntad así no estén de acuerdo. Si el único riesgo es
la intervención de las universidades autónomas, debemos tomarlo. Es mejor
detener la marcha hacia ninguna parte y esperar alertas el posible arrebatón.
Ya los días están contados para que se haga justicia. Ni las instituciones del
Estado, ni los organismos internacionales harán cumplir la ley. El pueblo
decidió pasar factura al “sociabismo”.
Los universitarios hemos
resistido dignamente. Estamos exhaustos aunque no derrotados. El paro
indefinido se enmarca en la lucha gandhiana. Hay que entender que Capriles no
lo puede propiciar, pero tampoco lo podría evitar. Es nuestro derecho y debemos
hacerlo cumplir. Los derechos no se negocian políticamente. Seguir aceptando la
violación de nuestros derechos y hasta fomentar el abuso es equivalente a no
impugnar las elecciones.
*Prof. Centro de Física Fundamental-ULA
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