miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Presidente de Nicaragua y los profesores universitarios venezolanos





Miércoles 22 de septiembre de 2010 / p.12

A raíz de la noticia de que Venezuela, es decir, el Presidente Hugo Chávez, honraría el bono trimestral que el gobierno nicaragüense debe pagar a unos 137.000 empleados públicos (http://informe21.com/nicaragua/nicaragua-137000-funcionarios-reciben-bono-financiado-venezuela), el viernes 3 de septiembre del año en curso un grupo de profesores del Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente le solicitaron una audiencia con carácter de urgencia al Presidente Daniel Ortega. Este, una persona con gran sensibilidad social, fijó la audiencia para el martes 7 del mes en curso. Ese día, muy temprano en la mañana, el líder revolucionario Daniel Ortega, los recibió a puertas cerradas en el Palacio de Gobierno en pleno corazón de Managua. En la reunión que duró todo el día, los atribulados profesores expusieron las graves dificultades económicas que confrontaban debido a que el gobierno de Venezuela, o más bien el Presidente Chávez, no procede al pago de la deuda por la homologación del 2008, y al de la prima de antigüedad, profesionalización y por hogar, que sí perciben los empleados universitarios desde hace varios años.

En un comienzo, el Presidente Ortega no entendía la naturaleza de la petición. Sin embargo, luego de varias horas donde se informó de primera mano sobre los graves problemas que confrontan los profesores universitarios venezolanos debido a sus ínfimos sueldos, los más bajos de Latinoamérica, Ortega, como todo un luchador social, comprendió la grave crisis que viven estos profesionales de la educación. El Presidente Ortega se sorprendió al enterarse de que la inflación en Venezuela rondaba 30%, ya que en Nicaragua, un país con pocos recursos, no llega a 4%. Tampoco entendía cómo Venezuela pagaba los compromisos laborales nicaragüenses (además de otras dádivas) y, a la vez, no honraba los compromisos que tenía con profesores universitarios, maestros, médicos, trabajadores de las industrias básicas, y hasta pretendía suprimir el HCM, un logro revolucionario de los trabajadores venezolanos. Los colegas se sintieron muy apenados cuando, de labios del propio Presidente Ortega, tuvieron que escuchar que el Presidente Chávez era “luz para la calle y oscuridad para la casa”, o como dicen en Managua, “en casa de herrero cuchillo de palo”.

Lo anterior no es más que una ficción. Sin embargo, puede servir como un recurso para que algunos profesores entiendan la realidad del colectivo de los docentes universitarios No podemos comprender por qué, a pesar de todas las vejaciones y engaños que los profesores universitarios hemos experimentado en los últimos cuatro años, todavía los colegas que apoyan al Presidente Chávez no hayan levantado su voz para reclamar los atropellos que padecemos a través de sus ministros, siendo venezolanos, mientras que Venezuela cubre los compromisos internos que tienen países como Nicaragua, Bolivia y Argentina.

¿Por qué a nuestros colegas les es tan difícil completar la operación matemática 2 + 2 =…? Y digo esto porque cuando nos detenemos a conversar con ellos en los pasillos, en el cafetín o en la calle, aun cuando no lo queramos, terminamos hablando de lo difícil que se ha tornado la situación. Una vez que superamos la sempiterna excusa del “Rectorado”, pues allí no es donde yace la raíz del problema, sólo queda el Ministerio de Educación Superior. Como todos sabemos por allí podrán pasar todos los Luis Acuña, Orlando Castejón y Edgardo Ramírez que existan, pero al final todas las decisiones son de Chávez. Podemos comprender que aquellos colegas que además de trabajar en la UDO tienen trabajo en la UNEFA, en la Universidad Bolivariana, o detentan cargos en PDVSA, Puertos de Sucre, diferentes alcaldías o la Gobernación, y por tanto tienen otros ingresos, quieran que todo siga igual. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, que dependemos exclusivamente de la UDO, lo que ocurre es intolerable. Cómo entender que un profesor universitario, con cuatro dedos de frente y obligaciones familiares, que se ve obligado a trabajar como taxista “pirata” puede continuar diciendo: “Yo estoy con el Presidente, no le puedo hacer ningún reclamo”. Hay que ser un “autosuicida” para esto.

El próximo domingo tenemos una oportunidad de oro para mandarle un mensaje al Presidente, no lo desperdicies. No sigas entregándole un cheque en blanco a quien tan mal nos ha tratado.

Prof. José Rafael Díaz Ramos

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

Nota: El artículo de la semana pasada salió con un error en el nombre del autor. Correspondía a la profa. Graciela Acevedo.


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