jueves, 2 de febrero de 2012

NÚCLEO DE SUCRE DE LA UDO: LA INSEGURIDAD, LA NEGLIGENCIA Y EL DIBISE


Grupo UDISTAS

A casi un año de que el Decano del Núcleo de Sucre, Dr. William Senior, con acompañamiento de la Rectora, Dra. Milena Bravo, se reuniera en el Miniauditorio de APUDONS con los cuerpos de seguridad del Estado para acordar medidas dirigidas a devolver la protección y la paz al Núcleo de Sucre, se nos convoca a participar en un referéndum virtual para la aplicación del Plan DIBISE.

Aun cuando otros muchos actos de violencia han ocurrido en el recinto universitario durante el 2011, permanece muy vivo el recuerdo de la barbarie que se desató a finales de octubre de 2010. Fue eso lo que condujo a que se formulara la posibilidad del ingreso de los cuerpos de seguridad a los campus de Cumaná y Carúpano, entre otras medidas. En ese momento muchos docentes –individualmente o por departamentos y escuelas– propusimos que se desarrollara una discusión de esa opción, que se debatiera sobre el alcance y condiciones de este auxilio. Se ha perdido un año no sólo para dilucidar y establecer tales términos, sino también para ejecutar la medida. No se comprende esta demora. Al parecer, según se ha mencionado esporádicamente en algún medio público, contradicciones entre sectores políticos oficialistas, enfrentamientos de interés personalistas o grupales, han incidido en la no aplicación de medidas efectivas; algunas de ellas prometidas o aceptadas en asambleas por las autoridades.

Ahora, cuando la realidad parece haber aplastado la oportunidad de dar las necesarias e ineludibles discusiones en el seno de la comunidad universitaria acerca de las condiciones de la intervención del DIBISE, se reduce el papel de los afectados al otorgamiento de un SÍ o un NO, mientras la cuestión tan delicada de la definición de esta actuación, que tiene implicaciones y consecuencias en la vida universitaria y la autonomía, se ha delegado en un único organismo, el Consejo Universitario.

Además de lo señalado, quedan pendientes muchas otras interrogantes relacionadas con la situación del Núcleo. Todos sabemos que una parte del recrudecimiento de la violencia y el descontrol que existen en el campus de Cumaná se debe a la lenidad que ha imperado en la actual gestión decanal (si bien la historia se remonta a gestiones anteriores). Nuestras autoridades normalmente miran para otro lado cuando se violentan las normas de convivencia universitaria y las de convivencia ciudadana en nuestro campus. Los ejemplos sobran.

Entre las resoluciones del Consejo Universitario –tomadas hace ya un buen tiempo– está la expulsión inmediata de los estudiantes que se encuentren consumiendo bebidas alcohólicas y participando en juegos de envite y azar dentro del recinto académico. Para los estudiantes, obreros, empleados y profesores que cumplen cabalmente con sus funciones es una vergüenza observar cómo Cerro Colorado se ha convertido en un espacioso garito. Ya desde bien temprano en la mañana hay estudiantes jugando cartas afanosamente; después de las 10:00 a.m., y sobre todo los jueves y viernes, se ve cómo circulan los vasitos de ron, en un mal disimulado intento de hacerlos pasar por café; y tampoco es raro que a partir del mediodía algún estudiante o algún amigote coloque música a todo volumen desde un carro o instale unas potentes cornetas en las inmediaciones de la biblioteca que nunca fue o en otros lugares. ¿Por qué se les permite semejante comportamiento en lo que suponemos una universidad?

Lo peor es que esto ocurre ante la mirada impotente de la mayoría de los miembros de la comunidad universitaria. Parece que nadie con autoridad se ha preocupado por implementar una respuesta firme y sistemática ante los variados brotes de descomposición que, sumándose, alimentándose mutuamente y creciendo, han terminado por disponer un nicho amparador de la violencia delincuencial en nuestra universidad.

¿Será que los cuerpos policiales del Estado van a poner fin a comportamientos de esta catadura? Esperamos, por el bien de todos, que así sea, pues necesitamos urgentemente de una reacción contundente ante tanta violencia e inseguridad. Por desgracia, las cosas no son nunca tan simples: si ya sufríamos la vergüenza de que tengan que venir de afuera a limpiarnos la casa y ahora sumamos el hecho de que hemos dejado llegar las cosas a un punto en que tengan que venir a cuidarnos, estamos ante la evidencia de que no hemos sabido afrontar con autoridad institucional nuestros problemas, básicamente, porque no se ha hecho a tiempo, ni con la firmeza ni con la planificación adecuadas. Así, siguen sin respuesta efectiva los problemas de la vigilancia interna, no hay investigación y sanción ante todos los robos y otros delitos, no se aplican los correctivos reglamentarios a conductas de abuso e irrespeto…

Si no se corrige la negligencia, la falta de visión y compromiso moral de nuestras autoridades, que en gran medida han posibilitado que la inseguridad y el caos institucional imperen, no hay DIBISE que valga.

Queda a criterio de cada quien si aprobar o no la aplicación de este dispositivo policial de seguridad. En caso de ser favorable el resultado del referéndum, debemos estar atentos a la delimitación de las atribuciones de los cuerpos policiales y judiciales en el Núcleo y ser vigilantes de su presencia y cumplimiento, en defensa siempre de nuestros derechos ciudadanos y de la autonomía espacial y académica de nuestra universidad.

Cumaná, 26 de enero de 2012

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