miércoles, 3 de julio de 2013

Ni Discurso, ni Método

UDISTAS
Región, 03-07-2013, p.14

Henrry Lezama*

El conflicto universitario persiste. La salida expedita y lógica la tiene el gobierno, pero sabemos que los lineamientos heredados dictan trancar el juego aunque se pierda la mano. A diferencia del dominó, aquí se está perdiendo todo el cuerpo. En su afán por redefinir todo, este gobierno desecha lo que los universitarios más valoramos: el conocimiento científico comprobado vía confrontación de hipótesis; las conclusiones lógicas derivadas de evidencia empírica. Por eso el pensamiento libre resulta tan peligroso para el dogmatismo. Ningún investigador continuaría utilizando el mismo método o manteniendo las mismas posturas si la investigación arroja resultados adversos. Sólo la terquedad de una ideología manipuladora de masas, adicta al poder como fin último, en detrimento de la razón y del pueblo que dicen amar, puede imponer realidades tan absurdas como las que vivimos a diario y pretender que las aceptemos sin protestar sólo porque se han rebautizado. 
Desde la óptica roja, los golpes de estado sangrientos se convierten en “locuras de amor”, insurrecciones populares que dignifican. Los militares autoritarios y de cuestionada moral son héroes de la patria nueva, dignos de desempeñar los más altos cargos civiles. Los otrora estudiantes terroristas y desestabilizadores se convierten en revolucionarios ejemplares igualmente dignos de gobernar. Las devaluaciones son ajustes, la inseguridad es una sensación y las cárceles dantescas son comunidades. La lista es larga y cada lector sabe de algún otro cambio nominal que en nada ha mejorado la realidad que renombra.
Las universidades no son la excepción. Se alardea, como si fuera argumento válido para defender la subrepticia Convención Colectiva Única y terminar el conflicto, que somos el 2do país latinoamericano y el 5to en el mundo con mayor matrícula universitaria. Los problemas son: ¿En qué tipo de universidades están cursando estudios nuestros estudiantes? ¿Cuál es la calidad de los campus universitarios en lo que respecta a infraestructura, dotación, servicios, personal y remuneración de ese personal? ¿Cuál es el mercado laboral que espera a esa quinta matrícula más alta del mundo? No es suficiente un rabo de gato para que el sapo deje de ser sapo. Existen estándares mundiales que hasta nuestras más antiguas y prestigiosas universidades ya empiezan a reprobar. Si la oferta es cantidad por calidad y títulos a cambio de una lobotomía, esta obviamente es una oferta engañosa.
La destrucción de las universidades autónomas para incrementar la matrícula universitaria es innecesaria. Bastaría redimensionar las universidades existentes, mejorarlas estructuralmente, depurarlas administrativamente y extender su alcance social. En el peor de los casos, si persiste la necesidad de ver desaparecer las universidades autónomas, el gobierno debe crear  nuevas y mejores instituciones que sustenten nuestras pretensiones de potencia mundial. Observación-Hipótesis-Experimentación-Resultados-Conclusión. El método es sencillo.


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* Prof. Dpto. Idiomas Modernos UDO-Sucre

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