jueves, 19 de enero de 2012

Educación: el derecho a ser persona

REGIÓN, jueves 19 de enero de 2012 / p. 14


Prof. Ramón Ochoa
Dpto. Psicología e Investigación Educativa UDO-Sucre
udistasns@gmail.com


Nacemos, y si alguien se ocupa de nosotros por un tiempo, sobrevivimos. La calidad de vida de los humanos está mucho más determinada por la educación (no solo la formal sino la cultura toda) que por la biología. La inclusión de la educación como un derecho humano fundamental y como una obligación de los estados nacionales nos ratifica que sin educación no hay vida humana o que, si existe, está muy cerca de un nivel infrahumano.
La Educación básica incluye los conocimientos y habilidades que cualquier venezolano debería poseer en cuatro grandes áreas: leer y escribir correctamente en nuestra lengua, dominar las operaciones aritméticas y los principios matemáticos básicos, conocer las nociones elementales de las ciencias naturales y sociales, y formar en valores morales y cívicos como la democracia, la libertad, la justicia, la solidaridad, el respeto y la honradez. A pesar de ello, en nuestras aulas universitarias, cada vez con mayor frecuencia, encontramos a bachilleres que no saben leer ni realizar operaciones básicas de cálculo, que no saludan cortésmente y que lanzan desperdicios al piso. La realidad nos asalta y nos grita que estamos fallando en nuestra educación, debemos oír ese clamor y rectificar, defender nuestro derecho y ejercerlo.
En defensa de la vida debemos ejercer el derecho a tener una educación de calidad, que nos permita satisfacer nuestras necesidades al mismo tiempo que desarrollamos nuestras potencialidades. En ese sentido, resulta muy bueno que los estados intenten eliminar o reducir significativamente el analfabetismo, pero esto no es suficiente si no se acompaña de un conjunto de estrategias sistemáticas dirigidas a promover la curiosidad, la necesidad de saber, la capacidad de analizar y, junto con ellas, la lectura comprensiva. La lectura debe ser una herramienta fundamental para la interacción y dominio de nuestro mundo, caracterizado hoy como sociedad de la información y del conocimiento. La lectura permite, además, el goce y disfrute estético que propician la elevación espiritual. Hace algunos años se hablaba con espanto del analfabetismo funcional y hoy, sin haber superado aquel, se habla también de analfabetismo tecnológico, digital, electrónico, etc. Esto quiere decir que nuestra educación formal no logra sus objetivos.
Defender el humano derecho a educarnos significa velar porque nuestros docentes se formen mejor, que las instituciones de formación docente sean bien atendidas y dotadas, que los sueldos de los profesionales de la docencia estén acordes con las altas responsabilidades que deben cumplir, que el ingreso y prosecución en la carrera docente esté supervisado, que la supervisión esté orientada por los más altos criterios profesionales. Esto no ocurre en nuestro país, donde, y aunque nos duela decirlo, cualquiera puede ejercer como maestro.
Desde hace unos meses la opinión pública nacional se ha conmovido por el anuncio de la incorporación de un conjunto de médicos integrales comunitarios a los servicios de salud del país. Con un impacto considerablemente menor en esa misma opinión, desde hace algunos años también se ejecuta el programa nacional de formación de educadores: Misión Sucre, un programa paralelo que, en cuatro años, con muy pocas materias y con acentuados sesgos proselitistas, dice formar a docentes bolivarianos. ¿Acaso es menos digna de alarma esta realidad que la del ejercicio de los médicos integrales comunitarios? ¿O simplemente la ignoramos?
La improvisación en la formación de docentes implica graves riesgos para nuestro futuro. En la Zona Educativa del estado Sucre un cartel anunciaba que sólo se procesarían solicitudes de empleo para los egresados de la Misión Sucre… ¿Exclusión socialista?
La pérdida de calidad de la educación pública nos afecta a todos, pero de peor manera a aquellos que, por sus condiciones sociales, no pueden acceder a otra. La obtención de títulos y grados que no promueven el desarrollo de nuestras capacidades y no facilitan el ejercicio de nuestra ciudadanía constituye una estafa… Y la pagaremos muy caro.

martes, 17 de enero de 2012

En clave de incertidumbre


miércoles 30 de noviembre de 2011 / p. 14

Profa. Graciela Acevedo

Dpto. Sociología UDO-Sucre

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

Cualquiera que se acerque en estos días a la sede del Decanato del Núcleo de Sucre experimentará la incertidumbre en una acepción muy precisa, la de la perplejidad. No es para menos; motivos de la mayor perplejidad son las puertas clausuradas del despacho decanal, las paredes manchadas con ofensas imposibles de pensarse como discurso universitario, el miedo rondando -por lo menos en la imaginación de los trabadores de Cerro del Medio-, los cuentos de amenazas de saqueos, de desvalijamiento de los automóviles, la descripción de cómo algunos funcionarios rotan sus sedes de despacho por temor al secuestro, la reducción de hecho de las horas de trabajo, la impunidad frente a la ocupación del vital espacio académico, el dilatado tiempo de una medida extrema -la toma-, sin que ella resuelva la problemática planteada (si la hay) que convierte a la sede del gobierno del Núcleo en un “territorio liberado” sin ley, y, por sobre todo, el desconocimiento de la validez de la causa de esta situación y el silencio oficial.

La suspensión, por motivos de forma, de los diferentes procesos eleccionarios que darían solución de continuidad al estancamiento en las gestiones de gobierno en los diferentes espacios políticos universitarios nos coloca ante otra acepción de la incertidumbre: la duda. Dudamos, en primer lugar, de la legitimidad de las acciones de un grupo de personas que anteponen elementos formales (artículo tal o cual, formato tal o cual) al derecho primigenio, originario, que tenemos las personas de solventar, en democracia, las diferencias y de constituir las distintas formas de gobierno. Dudamos de esto sobre todo porque existe un patrón de suspensión de procesos comiciales en aquellos donde no existe la certeza de la victoria oficial. Dudamos, en segundo lugar, de la legitimidad, con las que se revisten los gobiernos que no pueden ser sustituidos de acuerdo a la voluntad democrática y que se convierten, por ello, en gobiernos desgastados, llevados por la inercia, el peso muerto que arrastra todo aquello que está caduco.

Gran parte de la vida universitaria se vive en inseguridad: No hay respuestas para las preguntas que inquieren por la oscuridad del Núcleo, por la falta de vigilancia, por la escasez o ausencia de unidades para las rutas estudiantiles, por el control de vehículos ajenos a la actividad universitaria…No hay respuestas al miedo de los docentes al dictar clases en condiciones de inseguridad física, ni al de los estudiantes que reclaman el derecho de contar con un medio de transporte seguro cuando su última clase sale, por ejemplo, a las ocho de la noche. No hay respuestas a las preguntas de cuándo y cómo se castiga a los delincuentes que hacen -con demasiada frecuencia- que desaparezca la certeza de poder llevar a cabo la planificación docente (por ejemplo, cualquier hora de clase, en cualquier día, cualquier época del año).

La incertidumbre imprime su sello en la vida académica en nuestro Núcleo, marca el inicio de los semestres y la finalización de los mismos. La incertidumbre impide a los estudiantes proyectar, aunque estudien duro, el momento de culminar sus estudios. No podemos, con antelación, programar clases, ni eventos o encuentros académicos. La incertidumbre como dinámica se impone a la planificación, al orden de las secuencias, a la proyección de las acciones académicas, a la consecución de metas, de objetivos.

Estas formas de incertidumbre, básicas, imposibles de soslayar por patentes, impiden que la universidad cumpla con el deber de plantear otras formas de duda que se desprenden del ser universitario: la duda metódica de la que hablaba Descartes, la importancia de las inquietudes científicas, la inseguridad necesaria para los procesos creativos, tan asociados a la perfectibilidad de la ciencia, a la corrección de los errores, o la desaparición de las certezas teóricas, de las que tanto se ha hablado en otras universidades, en los últimos tiempos.

La institucionalidad universitaria se ha desdibujado en el Núcleo de Sucre. La incertidumbre produce apatía, falta de sintonía; llegamos a ser capaces de creer cualquier cosa porque dudamos de todo, porque nada es seguro.

jueves, 12 de enero de 2012

2012: grandes expectativas



REGIÓN, miércoles 11 de enero de 2012

Prof. Rafael Rasse

Dpto. Psicología e Investigación Educativa UDO- Sucre

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

El 2012 está aquí, provocando expectativas por los anuncios de innumerables acontecimientos que están por venir: para muchos puede ser el símbolo de un "nuevo amanecer", mientras que para otros es temido, puesto que se ha proclamado como el “fin del mundo” o apocalipsis. Sin embargo, no habrá motivos para que, desde esta columna, no haga llegar a la colectividad universitaria (profesores, estudiantes, empleados y obreros) y a la comunidad sucrense mis mejores deseos, que vean hechos realidad sus anhelos y esperanzas, siempre que ello apunte al logro del bienestar en el plano individual o colectivo.

Aun así, no debemos olvidar nuestra reciente cotidianidad universitaria. Recordemos cómo se adelantó por un poco más de una semana el inicio de las fiestas navideñas en la Universidad de Oriente al decidirse la suspensión de actividades académicas. Con tal acto se confundió en nosotros la alegría –que debe suponer el encuentro con nuestros seres queridos a propósito de unas fechas propicias para compartir con familiares y amigos– con una preocupante inquietud, dada ésta por la forma tan ligera como se suspenden las actividades académicas y el silencio complaciente de quienes en otras ocasiones son severos censores cuando los motivos de suspensión son las luchas reivindicativas de diferentes gremios que hacen vida en nuestra casa de estudios. Gravemente, en el Núcleo de Sucre llegamos como nos fuimos; con informaciones no oficiales de que las clases iniciarían el día 11 de enero y no el 9, como lo establecía el calendario académico, es decir, sin que conozcamos la debida explicación por parte de las autoridades correspondientes.

Esto, entre otras tantas cosas, nos revela que el 2012 será, potencialmente, el año en que se ponga a prueba nuestra capacidad de mirar hacia el futuro, desde la perspectiva de plantearnos la necesidad de promover los cambios que requiere nuestra casa de estudios en el plano gerencial y académico, como una gran oportunidad para crecer como universitarios. Debemos proponernos el 2012 como el año de los grandes cambios y transformaciones.

Es imperativo proponernos un proyecto y un plan de acciones que integre a todos los miembros de nuestra comunidad universitaria, independientemente de las corrientes de pensamiento que profesen. Lejos de imponernos unos a los otros una forma de pensar (ello, además de ser un propósito contrario al ser universitario, haría estéril el esfuerzo realizado), se trata de acordar iniciativas para lograr un espacio de convivencia y de trabajo digno. Un acuerdo que permita exigir a los gobiernos y cogobiernos universitarios un desempeño que se corresponda con los llamados de una universidad plural, democrática, con visión de porvenir; una unión que demande a los representantes gremiales un compromiso con sus agremiados en lo que respecta a los derechos adquiridos y por adquirir, reivindicaciones que nos coloquen en iguales o mejores condiciones que otras universidades latinoamericanas.

No podemos conformarnos con ser meros observadores o esperar que otros vengan con soluciones “mágicas” o arbitrarias. En nuestras manos está hacer florecer las ideas que abran paso a la esperanza, a la construcción de espacios para la participación, la prosperidad y el desarrollo armónico de la universidad y la sociedad. Ese es el camino al que te invitamos para que participes y nos acompañes. A todos un Feliz año.

jueves, 5 de enero de 2012

Textos a lo Frankenstein



Publicado en el diario Región el miércoles 04 de enero de 2012 / p. 14

Prof. José Marcano Carpintero

Dpto. Currículo y Admón. Educativa UDO-Sucre

marcanocarpintero@gmail.com

udistasns@gmail.com

Una mañana de noviembre me dispuse, como de costumbre, para una jornada de revisión de trabajos y exámenes de mis estudiantes. Delante de mí tenía un gran fajo de hojas rayadas, apretujadas con las múltiples caligrafías de mis estudiantes de la sección de Principios Generales de Educación. Con cuidado fui revisando cada trabajo, pero en donde supuse encontraría ideas, conceptos y posturas filosóficas interesantes sobre el apasionante tema de la Educación, encontré, para mi decepción, las mismas palabras e ideas repetidas hasta la saciedad, mal redactadas, incoherentes, provistas de esa frialdad propia de palabras ajenas que pretendemos hacer nuestras. De pronto, en la duodécima hoja que leía, pude apreciar unos niveles de lenguaje y redacción bastante aceptables, cosa que, por desgracia, últimamente se ha hecho poco común en los primeros niveles de educación universitaria. Me asaltaron las dudas, pero seguí leyendo. Repentinamente, un cambio en el estilo de redacción saltó a la vista y luego otro. Termino la lectura y vuelvo a dudar: ahora mi mano se detiene justo antes de colocar la nota. Aparto aquel trabajo para calificarlo después.

Continúo en mi faena. Leo cinco o seis trabajos más y el discurso en un nuevo remedo de ensayo me resulta conocido. Vuelvo mi atención a aquel trabajo que antes había apartado del fajo, comparo: ¡Las mismas palabras! Voy raudo hasta la computadora, tecleo el encabezado en un explorador y en la pantalla aparece el texto íntegro, el mismo de los trabajos presentados por mis estudiantes (a la postre resultaron ser cinco) que en una frenética y burda operación de “corte y pega” intentaron dar vida a un discurso, sin orden ni coherencia, y que, cual monstruo de Frankenstein, se revirtió en contra de sus creadores.

El “fenómeno Frankenstein” pareciera cobrar vida nuevamente en pleno siglo XXI. No se trata esta vez del aborrecible intento de dar vida a seres antropomórficos, constituidos con despojos de cadáveres, como lo hizo el sombrío personaje de la novela de Mary Shelley (1818); tampoco son los “cadáveres exquisitos” surrealistas del siglo XX, interesante técnica de creación literaria colectiva, donde muchas manos escriben algo con intención poética. No. El “fenómeno Frankenstein” en este caso se ha apropiado irracionalmente de la academia, y, en particular, de la investigación. Una tendencia que va creciendo desmedidamente, incluso en sociedades de reconocida tradición académica.

El “fenómeno Frankenstein”, por dar una denominación con sentido gráfico de lo que representa el episodio antes descrito, la práctica irresponsable de plagiar y armar textos a partir de los retazos de textos de otros autores y presentarlos como propios, es hoy una práctica habitual, una poderosa y grave realidad en el ámbito universitario, convertida además en un negocio de pingües ganancias. Muchos de los trabajos que llegan a nuestras manos son el resultado del “corte y pega”, en su mayoría de sitios web que han sido prostituidos por el abuso: wikipedia, rincondelvago, monografias.com, etc. El “fenómeno Frankenstein” expresa realidades que van desde malos hábitos de estudio, disposición para delinquir, falsa autoría, incompetencia para la investigación, hasta encubrimiento de plagio, amparado en la mediocridad académica y la negligencia; es una actitud común de muchos estudiantes con la anuencia discreta del profesor. Y como reza el viejo refrán: “No es culpable el ciego sino quien le da el garrote”.

Los inventos del Dr. Frankenstein y sus trágicos resultados, narrados en la obra de Shelley, parece que no tuvieron mayor trascendencia en la vida cotidiana de la sociedad de la época, más allá del morbo, las críticas literarias y unas cuantas versiones cinematográficas de la criatura monstruosa. No obstante, lo que hoy representa el referido “fenómeno Frankenstein”, para el desarrollo académico y cultural de las nuevas generaciones de profesionales, raya en la mediocridad y el descalabro ético.

Mensaje de Año Nuevo

El grupo UDISTAS envía a sus lectores deseos de paz, salud, prosperidad y esperanza en el año que se inicia. El 2012 será un tiempo lleno de posibilidades para modificar nuestra realidad. Tenemos la convicción de que sólo el trabajo honesto, sostenido y con perspectiva (en lo académico y en lo político) rendirá los frutos anhelados: una universidad que vuelva a ser símbolo de esperanza y un país pacífico, pujante, inclusivo y tolerante. Contagiar esta expectativa, desde el ámbito universitario, es el propósito de esta columna que el diario Región generosamente posibilita. ¡Un muy productivo año nuevo para todos!

Poder fútil




Publicado en el diario Región el miércoles 14 de diciembre de 2011 / p. 14

Prof. José A. Véliz

Dpto. Biología UDO-Sucre

udistasns@gmail.com

El deterioro de las condiciones del Núcleo de Sucre tras 20 y tantos años de gobierno del mismo grupo no deja de ser un lugar común en cualquier conversación de profesores. En ese lugar común coincidimos todos, incluso los que nos llevaron a tan precaria situación. Un poder sostenido por un mismo grupo de personas que ha podido usarse para redimensionar nuestra Universidad y nuestro Núcleo sólo ha servido para achicarnos. Sólo han mantenido un poder vacío.

De este Núcleo salió un Ministro de Educación Superior; su paso por ese ministerio no sirvió ni siquiera para terminar de adecuar la biblioteca, cuya construcción ronda por más de 25 años. Con envidia vemos cómo se empleó tanta diligencia para construir, en tiempo récord, una sede nueva para la UNEFA, cuando en nuestro campus sólo fue posible “aligerar” la construcción de unas petrocasas que aún esperan ser concluidas.

Un gobernador y un alcalde egresados del Núcleo de Sucre no han servido más que para emplear a profesores, empleados, obreros y hasta estudiantes afectos a la misma ideología política, exportando así el modelo de gestión imperante en el Núcleo a la ciudad y al estado, con los mismos nefastos resultados. Un Presidente de Fundacite también salió del seno del Núcleo de Sucre sin que eso haya servido de apoyo notorio a la investigación. (Después de haber ostentado la vanguardia científica de la UDO ahora sobrevivimos de migajas.) Algunos de estos funcionarios prestan como colaboración, de vez en cuando, unos obreros para una batida de limpieza. ¡Qué tristeza: deben venir los de la calle a limpiarnos la casa!

Y volviendo a la infraestructura. En el edificio de Ciencias, por ejemplo, todos los días hay una emergencia, y no porque se esté derrumbando, como nos querían hacer creer. A los epilépticos cortes de energía o las caídas de fase se suma ahora el frecuente robo de los cables. Otro día no hay agua en el edificio porque las viejas tuberías se revientan por cualquier parte como un cuerpo gangrenado. A veces todas estas penurias se alinean de modo simultáneo. Desde hace años no hay ascensor. Cada inicio de semestre cuenta con su tradicional toma del edificio o del departamento por los estudiantes de Química, Biología o Física, quienes no terminan de aceptar como normal la falta de reactivos, equipos e insumos para sus clases. Las promesas sobre el auxilio que no termina de llegar caen como la lluvia; no hay manera de detenerlas, y mucho menos de que se hagan realidad. Todo se resume, todo se endilga al mismo mezquino presupuesto de hace más de un lustro, en un país que le regala su riqueza al mundo.

Las autoridades del gobierno decanal, que, reitero, han pertenecido al mismo sector desde hace más de dos décadas, quieren mantenerse en el poder, no se sabe para qué. En las próximas elecciones tratarán de borrar las manchas de esta gestión caótica y reaparecerán los sempiternos pactos y componendas. Uno de sus problemas será lidiar con los monstruos que han mantenido en jaque a la comunidad del Núcleo de Sucre, quienes no nacieron por generación espontánea, sino que fueron creados por ellas mismas para sustentarse en el poder.

Todavía hay incautos que quieren creer que la culpa está en otro lado (en el rectorado o en la “oposición apátrida”). Los nuevos viejos líderes quieren mantener la continuidad. No importa si carecen de credibilidad, de alternativas, ante el ahogo financiero y el secuestro de la autonomía que impone el gobierno.

Las campanas están convocando a los universitarios de verdad –profesores, estudiantes, obreros, empleados–, para que juntos logremos restituir el respeto y la majestad de la institución que nos cobija.

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El grupo UDISTAS desea a todos los colegas y demás miembros de la colectividad universitaria, y a toda la comunidad sucrense, la mayor experiencia posible de fraternidad, armonía y paz en estos días navideños. ¡Felicidades!

Orfandades y legados académicos




Publicado en el diario Región el miércoles 14 de diciembre de 2011 / p. 14

Prof. Reinaldo Cardoza Figueroa

Dpto. Currículo y Admón. Educativa UDO-Sucre

reycard@gmail.com

udistasns@gmail.com

Una escena de Kung Fu Panda (2008) y la lectura reciente de La espiral incesante (CELARG, 2010), de Rafael Castillo Zapata, me han hecho reflexionar sobre el asunto de la herencia y el legado académico en el Núcleo de Sucre de la UDO (y, por extensión, en otros espacios). La asociación parece disparatada, pero si lo pensamos un poco no lo es tanto. La escena de la película es aquella en la que el maestro Shifu descubre la estrategia para entrenar a Po, quien está destinado a ser el Guerrero Dragón a pesar de sus escasas habilidades y pésimas condiciones físicas. Maestro y discípulo se reconocen –y descubren–: Shifu sabe que el panda será el depositario del arte milenario del kung fu; el oso acepta a su maestro como tal y recibe el entrenamiento correspondiente. Por otro lado, el libro de Castillo Zapata analiza cómo el poeta Lezama Lima construyó una herencia, un legado poético, que transmitió a los miembros del grupo Orígenes, y ha sido la garantía de perduración de los origenistas y sus postulados literarios y estéticos.

Ojalá nuestro proceder como académicos de la UDO fuese más próximo al del maestro Shifu, quien es capaz de identificar la virtud en el discípulo para hacerlo heredero de una tradición y del conocimiento que ella arrastra consigo. O como el de Lezama Lima, quien fue elaborando, alrededor de su propia imagen como padre de una familia de poetas, un legado que los otros asumirían, transformándolo. Si pudiésemos asimilar estos modelos a la vida universitaria, la situación actual de nuestra academia sería otra. Lástima que esto no pueda enseñarse ni aprenderse bajo los parámetros de la formalidad académica. No se logra con la obtención de un título ni con un ascenso en el escalafón profesoral. Es, en principio, una condición de verdaderos maestros que reconocen en la tradición el impulso necesario para mirar al futuro, y que sólo puede ser transmitido por el ejemplo y el modo de asumir la educación.

En los pocos años que he trabajado en la UDO, he podido ver a profesores con una larga trayectoria que se niegan a aceptar que otra generación los ha de suceder; otros tantos, con una respetable carrera, se han jubilado sin asegurar la transmisión; cuando ocurre el trámite administrativo de la jubilación, desaparece todo su legado. Entiendo que, como decía una profesora a quien estimo, la preparación es individual, un proceso personal que no depende de lo que los demás hagan, pero cuánto ganaríamos si fuéramos capaces de renunciar a ese egoísmo tonto y nos atreviéramos a construir una tradición que, al modo de una familia donde madres y padres legan a sus hijos, pueda fortalecer el quehacer académico de nuestra casa de estudios. Pienso que necesitamos académicos que sean capaces de legar sus experiencias (investigaciones, formación, publicaciones, preparación, asesoramiento…) a la generación de los jóvenes docentes, en una suerte de fórmula que garantice la continuidad, la perduración, el crecimiento y el desarrollo de la academia. Sería absurdo esperar que esta ecuación funcione si no consideráramos la otra parte, la de los legatarios, aquellos que han de recibir la herencia. Nuestra generación ha de demostrar que es digna de suceder a sus maestros, de estar a la altura de ese legado que debemos saber apropiarnos y transformar.

Cada uno, desde su propio espacio, debe trabajar para que la UDO no siga promoviendo como política la orfandad académica, la de padres y madres que no son capaces de reconocer en sus hijos a los herederos de su legado. Si acaso nuestros esfuerzos no rinden frutos, no nos quedará otra alternativa que reinventarnos, proponer la ruptura (el panda gordo y torpe que a pesar de ello se convierte en Guerrero Dragón), el reverso parricida como única salida, y refundar aquello que no ha podido encontrar asidero en la tradición.

Legitimar la violencia



Publicado en el diario región el miércoles 08 de diciembre de 2011 / p. 14

Prof. Orángel Morey Lezama

Dpto. Filosofía y Letras UDO-Sucre

udistasns@gmail.com

Esta semana el Tribunal Supremo de Justicia ha fallado en dos ocasiones, al parecer, sesgado por una posición partidista. Una, en el caso del estudiante Kevin Ávila, quien en un instante pasó de agresor a víctima, y otra en el del editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero Castillo, a quien se le indicó que la expresión “hijo de puta” no es difamatoria ni injuriosa.

Estas decisiones no pueden pasar desapercibidas para nadie, y menos para el sector universitario, concernido directamente en el primer caso y con alusión para los profesores de lengua en el segundo. Comencemos por repasar los hechos de cada caso y luego veamos la trascendencia que tienen las decisiones para el país en general.

Kevin Ávila es acusado de actuar con violencia dentro del recinto universitario, atentar contra sus instalaciones y ofender y atacar a Cecilia García Arocha, rectora de la UCV. El Consejo Universitario de esta casa de estudio conoce del caso de Kevin Ávila el 11 de mayo de 2011 y decide abrir una investigación. Aunque Ávila tuvo la oportunidad de defenderse, no ejerció su derecho en el debido momento; presentó su defensa extemporáneamente, después de cerrado el expediente. El Consejo Universitario revisó sus alegatos pero toma la decisión de su expulsión el día 18 de noviembre, concediéndole un plazo de cinco días para presentar su apelación.

Sin considerar las instancias universitarias, Ávila se dirige a la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo del TSJ, la que acuerda, en una decisión exprés, un recurso cautelar que ordena a la universidad suspender los efectos del acto administrativo. En ese mismo tribunal reposan, desde el año 2009, seis denuncias interpuestas por la rectora de la UCV sin respuesta alguna.

El segundo caso, fue interpuesto por el editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero Castillo, a raíz de que Mario Silva, conductor del programa televisivo La Hojilla, se refiriera a él como "hijo de puta". Otero consideró que se había dañado gravemente la dignidad de su madre, María Teresa Castillo, y demandó por difamación e injuria. En una insólita decisión la jueza 15 de Juicio exoneró de responsabilidad penal a Mario Silva alegando argumentos del derecho a la libre expresión.

Desde un punto de vista filológico, no hay malas palabras sino incorrectas o inadecuadas. Si atendemos el sentido literal de la expresión “hijo de puta”, podríamos decir que el agraviado no es el hijo sino la madre, como lo sostuvo la defensa de Silva en algún momento del juicio; pero ciertamente la ofensa, y no creo que alguien dude que la haya, va dirigida al hijo.

En el español de Venezuela la expresión “hijo de puta”, además de una ofensa, es una provocación violenta, y por tanto una incitación a responder también con violencia. Muchas veces es el último recurso o instancia a que se acude en una discusión para provocar una pelea. Si atendemos al DRAE, autoridad de la lengua, la expresión “hijo de puta” sería injuriosa si “desacredita a alguien, de palabra o por escrito, publicando algo contra su buena opinión y fama”; y sería difamatoria si agravia de obra o de palabra, o si imputa a alguien un hecho en menoscabo de su fama o estimación. En mi opinión, cuando alguien dice a otro “hijo de puta”, aunque difama e injuria, no está persiguiendo ese fin sino simplemente ofender y provocar con violencia.

Las dos decisiones del TSJ son temerarias; ya no nos podría extrañar si a partir de ahora una persona maltrata física o verbalmente a otra, sea autoridad de alguna institución o no, amparándose en las referidas decisiones. Además del grave precedente legal que sientan, constituyen una forma muy bizarra de legitimar la violencia. El TSJ, comprometido con una parcialidad del país, convalida dos modos de actuar que los venezolanos, hartos de violencia, rechazamos. Sin justicia no habrá paz.

La política intemperante ahoga la vida universitaria



Publicado en el diario Región el miércoles 23 de noviembre de 2011 / p. 14

Prof. José Rafael Díaz

Dpto. Biología Marina UDO-Sucre

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

La vida universitaria plena es una experiencia única ya que permite la confrontación libre de las ideas y exige el respeto de las diferencias. Bajo estas premisas, la eficiencia, el respeto a los reglamentos, la negociación, la formulación de planes y el reconocimiento de las fallas deberían ser hechos cotidianos. El llamado de atención y las críticas hacia el ejercicio del poder universitario deberían ser tomados en cuenta para enderezar el rumbo y alcanzar el bien común.

No ocurre así en el Núcleo de Sucre. Las acciones y opiniones de quienes piensan de manera diferente no son, en general, bienvenidas. En pleno siglo XXI, en el Núcleo se insiste en progresar con las gríngolas y las orejeras bien apretadas. Quien insiste en hacer oír su voz es sometido al odio intra y extramuros.

Qué ejemplo se le da a nuestros estudiantes y a la comunidad cuando los profesores universitarios se dedican a denostar con infundios de los colegas que se atreven a señalar la grave situación que se vive en nuestro espacio académico, en vez de aprovechar esta magnífica oportunidad para dar ejemplo de profesionalismo, integridad y respeto por el diálogo.

Es poco universitario estar al tanto de las irregularidades que se cometen, sobre todo cuando se ha tenido la gran responsabilidad de ser autoridad y/o dirigente gremial, y quedarse callado para luego salir acusando a los cuatro vientos a tirios y a troyanos. Qué modelo tan triste de cómo se desperdicia la oportunidad para enmendar el rumbo de la institución y sólo dedicarse a atacar con vileza a otros colegas. La ofensa y la humillación no pueden ser las formas de la confrontación sana y edificante que la ética universitaria reclama.

Es poco universitario no reconocer los errores, querer ignorar o esconder la negligencia durante el ejercicio de la autoridad, especialmente si esta ha sido depositada por los electores; y más aún, aferrarse al poder a sabiendas de que no se está a la altura de las exigencias, de que los compromisos adquiridos son una camisa de fuerza que impide actuar correctamente.

La crisis que vive la Universidad de Oriente no sólo es fruto del estrangulamiento presupuestario a que el gobierno nacional la tiene sometida, al igual que a las otras universidades autónomas. También es producto del empecinamiento de mantenerse en el poder aunque no se sepa para qué, a pesar de que se carezca de planteamientos e iniciativas de auténtico sentido universitario.

Más de 25 siglos han transcurrido desde la aparición de la democracia en Grecia y aún se insiste en aplicar la política del garrote.

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En clave de incertidumbre

La reciente suspensión de los comicios para elegir la junta directiva de la Asociación de Profesores del Núcleo de Sucre de la Universidad de Oriente constituye un eslabón más en una larga cadena de hechos irregulares a los que tristemente nos estamos acostumbrando en la dinámica nacional, y, como expresión de eso, particularmente en nuestro entorno universitario.

Hace un par de semanas fue suspendido el proceso para elegir a los representantes estudiantiles a la Federación de Centros y a los Centros de Estudiantes. Están suspendidas, de hecho, las elecciones rectorales, las elecciones decanales, las elecciones para elegir la Junta Superior Universitaria, a las representaciones profesorales al Consejo Universitario, al Consejo de Núcleo y a los Consejos de Escuela.

Razones para la existencia de un gremio universitario



publicado en diario Región, jueves 17 de noviembre de 2011 / p. 14


Profas. Graciela Acevedo y Adriana Cabrera

udistasns@gmail.com


Con la incorporación de la vocalía de los asuntos de docencia e investigación a la Junta Directiva de la Asociación de Profesores del Núcleo de Sucre, los nuevos estatutos de APUDONS consideran un elemento cardinal en la concepción de un gremio dirigido a fundamentar y defender el estatus propio de la docencia universitaria.

Tradicionalmente se ha considerado que la labor de un gremio es defender los intereses, derechos y reivindicaciones de sus miembros, pero pocas veces se contempla que parte de esa defensa debe ir dirigida a establecer, sin ninguna duda, el lugar y la función específica de los profesores universitarios, así como el mantenimiento de unas condiciones laborales sin las cuales el trabajo docente perdería norte y sentido.

Por un lado, y sin adelantar juicios, podemos evidenciar la progresiva atenuación de la figura del docente universitario, desdibujamiento que va desde el ejercicio de su papel en el aula hasta la obligación de efectuar trabajos, administrativos o marcados por carencias institucionales, que no tienen que ver con su especialidad o formación (en ese sentido están mucho más claros otros gremios que salvaguardan a sus afiliados de tareas que no están expresamente establecidas en los convenios de trabajo).

Por otra parte, sabemos que los profesores universitarios enfrentan diferentes condiciones de trabajos, desde ejercer la docencia sin un escritorio donde apoyar sus materiales académicos hasta la imposibilidad de permanecer en su lugar de trabajo por la inexistencia de cubículos; ni hablar de la inexistencia de políticas democráticas para la actualización profesional o de condiciones proclives a satisfacer la necesidad imperiosa en una universidad de que sus docentes realicen estudios de cuarto y quinto nivel.

Al lado de las actuaciones claras de defensa de las condiciones económicas, materiales, de seguridad social y de estabilidad laboral, una asociación de profesores universitarios debe prestar atención a las condiciones que inciden cualitativamente en la posibilidad de ser mejores profesionales, única forma de ser, a la vez que gremio (en sentido genérico), gremio universitario.

Un aspecto paralelo al anterior lo constituye la conformación de una política cultural que sea específicamente dirigida al sector profesoral.

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La cultura, reconocida con una vocalía como asunto fundamental en la gestión del gremio de la APUDONS, aparece como un aspecto delicado y difícil de abordar en los tiempos que vive nuestra universidad. ¿Se puede pensar en cultura cuando alrededor falta lo más elemental, el sueldo no alcanza y la amenaza del atraco ronda la oscuridad fuera del aula? Mientras asuntos de tal urgencia nos agobian, pensar en una gestión cultural para el gremio no es sólo la posibilidad de encontrar merecidos escapes de la angustiada cotidianidad laboral, sino que se convierte en una obligación: una universidad que no piensa en su y la cultura se condena a la perpetuación conformista de éstas y peores condiciones. En los tiempos que corren, estamos obligados a vivir con trascendencia, con cultivo de las facultades espirituales e intelectuales, con conciencia de las múltiples manifestaciones de la sensibilidad, porque sólo así impulsaremos nuestro ánimo en la construcción de realidades más edificantes. Un gremio sin propuesta ni gestión cultural es un gremio mutilado y enfermo en su capacidad de crecer y mejorar.

Es inaceptable el abandono que en materia cultural se ha tenido a los profesores durante los últimos tres años. Esta parálisis nos ha hecho olvidar que es obligación de la asociación no sólo otorgar la importancia debida a la conquista de oportunidades de formación académica, sino también a la institución de una política editorial y a la creación de concursos, premios y reconocimientos, a la organización de cursos, talleres, conferencias, foros... Nos ha hecho olvidar que es necesario el mantenimiento y mejoramiento de su sede (es lamentable el estado al que ha llegado el Miniauditorio), pero también que es posible planificar y concretar un espacio que cuente con áreas de recreación y de reuniones, instalaciones deportivas, infocentro, biblioteca… Recuperar la cultura del Núcleo y construir posibilidades reales y permanentes de desarrollo cultural son imperativos porque constituyen la vía para recuperarnos plenamente como gremio para nosotros mismos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Una plancha para el rescate del gremio



REGIÓN, miércoles 09 de noviembre de 2011 / p. 14

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPyS0mMmX-mmIJjiZzlPu5sqMRVNBPiEDsyQK8Efi-eaM-sfo_OSj1ArK7BWF5nkepmewlTn4piIY073W6Jw8IZMrLoSXE8aT5_Ctj5iqNJdIIgyWUbz4Tb99fKxVJE82IABj3yJMlbsOn/s200/LOGO+UDISTAS.jpgUna plancha para el rescate del gremio

Grupo UDISTAS

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

Preocupados por el depauperado estado de nuestra máxima casa de estudios, en particular del Núcleo de Sucre, y conscientes del papel cardinal que juega nuestro gremio en la vida universitaria, factores de oposición, con presencia constante y crítica en nuestra universidad, hemos decidido hacerle frente -como lo hemos hecho consecuentemente a lo largo de los últimos años- a los comportamientos políticos que han resultado en una hegemonía perniciosa que ha menoscabado, desde muchos puntos de vista, el ser universitario en nuestro Núcleo. Hemos conformado para ello una plancha identificada con el número 10.

Después de un largo proceso de diálogo y discusión entre diferentes sectores organizados, y habiéndose estudiado todas las propuestas, se logró estructurar un equipo que ha sido postulado a los cargos directivos de nuestra asociación gremial. Sabemos que los profesores de oposición somos la mayoría en nuestro campus y que se espera de los abanderados en las diferentes contiendas el sentido de unidad que todos los que creemos en la democracia deseamos a nivel nacional. Por eso pudimos anunciarles con alegría en un escrito pasado que se había logrado el consenso esperado.

Se ha atendido al clamor de la unidad democrática, a la vez que a la necesidad de iniciar un concepto de gestión fundamentada en el valor supremo de lo académico y lo institucional. Mas que la suma de nombres (profesores que como la gran mayoría de los universitarios han vivido el proceso decadente de nuestro Núcleo, pero que mantienen viva la esperanza de servirla), estamos ofreciendo un equipo de trabajo, un equipo capaz de ejecutar un programa de gestión con genuino sentido gremial, de propósito inclusivo, construido con base en criterios amplios, no personalistas.

Declaramos, y lo repetiremos cuantas veces sea preciso, que la motivación central para participar con la PLANCHA 10 es la necesidad imperiosa de separar los intereses del gremio de la conveniencia del gobierno nacional y de rescatarlo tanto de la mediatizada gestión de sus principales directivos actuales como del peligro que representa el continuismo de sus acciones, encarnado en las aspiraciones de los candidatos de la misma tolda política a través de un simple reacomodo en sus posiciones.

Sabemos de la existencia de estrategias divisionistas que buscan desviar el interés de la mayoría del electorado de la meta común: reafirmamos, para que no quede lugar a dudas, que la meta de la PLANCHA 10 es apartar al chavismo de la delicada función de representarnos gremialmente e impedir, así, la posibilidad de entregar nuestro gremio al afán totalitarista que amenaza nuestra vida democrática. También conocemos las tácticas de algunos personajes que aspiran seguir monopolizando (todavía no han podido demostrar para qué) el poder en el Núcleo de Sucre. Conocemos sus capacidades de vociferación para denostar, humillar, vilipendiar, zaherir a los contendientes, a los que se quiere deslegitimar a toda costa. Con particular visceralidad y falta de dignidad académica, consideran como mera ridiculez el respeto a la persona -estatuido como valor de la convivencia en cualquier condición, y en cualquier lugar del mundo. Ya nos tienen acostumbrados a su estilo; sabemos que esperaremos de ellos cualquier falta de pudor, cualquier desaguisado.. La universidad no pasó por ellos o para decirlo con una frase universitaria: LO QUE NATURA NO DÁ SALAMANCA NO LO PRESTA. Sin gestión que defender, sólo queda la acusación destemplada y vergonzosa

Participamos, optimistas, de esta contienda que es, antes que todo, una manera de demostrar nuestro profundo amor por nuestra Alma Máter. Presentamos la PLANCHA 10 para trabajar, con apego a los criterios democráticos y a la institucionalidad universitaria, por el rescate y la promoción decidida de nuestro gremio, espacio fundamental para la defensa de la dignidad académica y laboral de los profesores universitarios. Además del apoyo de los docentes activos, contamos con un respaldo inmenso: el de los profesores jubilados, a quienes admiramos y respetamos, y quienes, desde su merecido descanso, siguen con la mirada y el corazón atentos el trabajo que sus antiguos discípulos hacemos para recuperar el brillo de la Casa más Alta.

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