REGIÓN, miércoles 11 de enero de 2012
Prof. Rafael Rasse
Dpto. Psicología e Investigación Educativa UDO- Sucre
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com
El 2012 está aquí, provocando expectativas por los anuncios de innumerables acontecimientos que están por venir: para muchos puede ser el símbolo de un "nuevo amanecer", mientras que para otros es temido, puesto que se ha proclamado como el “fin del mundo” o apocalipsis. Sin embargo, no habrá motivos para que, desde esta columna, no haga llegar a la colectividad universitaria (profesores, estudiantes, empleados y obreros) y a la comunidad sucrense mis mejores deseos, que vean hechos realidad sus anhelos y esperanzas, siempre que ello apunte al logro del bienestar en el plano individual o colectivo.
Aun así, no debemos olvidar nuestra reciente cotidianidad universitaria. Recordemos cómo se adelantó por un poco más de una semana el inicio de las fiestas navideñas en la Universidad de Oriente al decidirse la suspensión de actividades académicas. Con tal acto se confundió en nosotros la alegría –que debe suponer el encuentro con nuestros seres queridos a propósito de unas fechas propicias para compartir con familiares y amigos– con una preocupante inquietud, dada ésta por la forma tan ligera como se suspenden las actividades académicas y el silencio complaciente de quienes en otras ocasiones son severos censores cuando los motivos de suspensión son las luchas reivindicativas de diferentes gremios que hacen vida en nuestra casa de estudios. Gravemente, en el Núcleo de Sucre llegamos como nos fuimos; con informaciones no oficiales de que las clases iniciarían el día 11 de enero y no el 9, como lo establecía el calendario académico, es decir, sin que conozcamos la debida explicación por parte de las autoridades correspondientes.
Esto, entre otras tantas cosas, nos revela que el 2012 será, potencialmente, el año en que se ponga a prueba nuestra capacidad de mirar hacia el futuro, desde la perspectiva de plantearnos la necesidad de promover los cambios que requiere nuestra casa de estudios en el plano gerencial y académico, como una gran oportunidad para crecer como universitarios. Debemos proponernos el 2012 como el año de los grandes cambios y transformaciones.
Es imperativo proponernos un proyecto y un plan de acciones que integre a todos los miembros de nuestra comunidad universitaria, independientemente de las corrientes de pensamiento que profesen. Lejos de imponernos unos a los otros una forma de pensar (ello, además de ser un propósito contrario al ser universitario, haría estéril el esfuerzo realizado), se trata de acordar iniciativas para lograr un espacio de convivencia y de trabajo digno. Un acuerdo que permita exigir a los gobiernos y cogobiernos universitarios un desempeño que se corresponda con los llamados de una universidad plural, democrática, con visión de porvenir; una unión que demande a los representantes gremiales un compromiso con sus agremiados en lo que respecta a los derechos adquiridos y por adquirir, reivindicaciones que nos coloquen en iguales o mejores condiciones que otras universidades latinoamericanas.
No podemos conformarnos con ser meros observadores o esperar que otros vengan con soluciones “mágicas” o arbitrarias. En nuestras manos está hacer florecer las ideas que abran paso a la esperanza, a la construcción de espacios para la participación, la prosperidad y el desarrollo armónico de la universidad y la sociedad. Ese es el camino al que te invitamos para que participes y nos acompañes. A todos un Feliz año.
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