Profa. Francys
Peretti
Dpto. Idiomas Modernos UDO-Sucre
http://udistasns.blogspot.com
Lector, si vistes algún
tipo de ropa con bolsillos, no es extraño que guardes cosa en ellos; lo que sí
puede serlo es que unas manos en los bolsillos puedan servir para mantener la
calma en situaciones en las que la calma esconde una tormenta.
El viernes 04 de mayo fue
un día más en Cerro Colorado, nuestro Núcleo universitario. Como siempre,
estábamos dedicados a nuestro trabajo y encontramos lo que ya se ha vuelto
costumbre: ver a nuestro alrededor a jóvenes y no tan jóvenes, sin oficio,
jugando truco y consumiendo licor, muchos de ellos vistiendo atuendos acordes con
las playas cumanesas, desdibujando una institución con más de 50 años como
academia de prestigio nacional e internacional. ¿La causa? Muchos afirman que
es falta de autoridad. Yo afirmo que es la combinación de una serie de causas,
entre las que se encuentra principalmente la apatía y desidia de mis colegas y,
por qué no, de toda una comunidad que observa y permite que se les falte el
respeto y se les imponga una convivencia violenta y poco ética. “Ahora hacemos
lo que nos da la gana aquí…” Total, nadie dice nada y no hay representantes que
vean lo que estos llamados “estudiantes” hacen cuando no están en casa. Pero se
equivocan.
Después de enfrentar los
desórdenes y vulgaridades de estudiantes frente al aula P3-5, durante mi clase
de Inglés básico, y los embates de la lluvia que ese viernes inundó jardines y
salones, acudí, con mi pantalón de bolsillos grandes, a la oficina 27, donde
mis colegas achicaban, con desesperación de náufragos, sus cubículos inundados.
Inmediatamente y parados frente a la plaza de las rosas, escuchamos gritos
desenfrenados y pupitres que se arrastraban. Durante 15 minutos soportamos el
escándalo sin saber qué sucedía. Fue mucho tiempo; no es mi estilo ver que algo
pasa y no saber qué es. Subí al pasillo de los salones de Cursos Básicos.
Frente a mis ojos
estaban estudiantes consumiendo alcohol; en el pasillo tres garrafas de licor
servían de “trofeos”. Otro grupo permanecía dentro del CB-105, sin luz, bebiendo,
¿consumiendo algo más…? Con mis manos en los bolsillos les ordené retirarse a
sus casas. Más de 20 personas iniciaron su algarabía burlona mientras
desalojaban el lugar hacia el CB-117, para continuar su euforia etílica. Bajo
la amenaza de que los fotografiaría y denunciaría, continuaron su camino. Al
revisar los salones encontré pupitres volteados y sobre los escritorios. “Caos”,
pensé. ¿Y el Acuerdo de Consejo Universitario (el nº 003/2007, del 22 de mayo
de 2007) que prohíbe expresamente este comportamiento en el recinto
Universitario? ¿Quién lo hace cumplir? ¿Y nuestras autoridades?
Valga la propaganda para
el grupo “Dame Pa’ Matala” y su canción, “Los niños de hoy en día”, que
describe la onda destructiva de los jóvenes de hoy, sin respeto hacia nada ni nadie,
queriendo imponer conductas degradantes y vergonzosas, como la de la joven, (de
aproximadamente un metro ochenta) que con actitud enajenada abanicaba su mano a
pulgadas de mi cara, mientras me alegaba que ella había pasado un día atareado
con clases y que necesitaba distraerse. Yo optaba por tener mis manos en los
bolsillos.
Distraerse… ¿Y quién
dice que no? Hágalo, pero en otra parte. Vaya para su casa, monte su mesa
truquera, ponga su música a todo volumen, llévese a sus amigotes, su narguile y
sus botellas de licor. Pero aquí no, está prohibido por ya citado, para los que
aún lo ignoran. No hay que ser joven o viejo para saber que hay normas y esas
normas deben respetarse.
No
dudo de la educación que los jóvenes reciben en casa, pero están pasando cosas.
Alerto a los representantes, a las autoridades universitarias, a todos mis
colegas y a la comunidad universitaria en general. Convoco especialmente a
quienes tienen la responsabilidad de darnos seguridad y a los que tienen la
obligación de llevar a la Academia por los caminos correctos. Yo, y muchos
otros como yo, estaremos de frente defendiendo el deber ser de nuestra
educación superior; sólo espero que no tenga, algún día, que sacar mis manos de
los bolsillos para defenderme…
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