sábado, 29 de octubre de 2011

MENSAJE A GARCÍA O LA MESA POLÍTICA

REGIÓN, miércoles 26 de octubre de 2011 / p. 14

Profa. Graciela Acevedo

Dpto. Sociología UDO-Sucre

udistasns@gmail.com

http://udistasns.blogspot.com

Con el riesgo de parecer sensiblera no puedo dejar de expresar nostalgia cuando recuerdo el comportamiento de los trabajadores de la universidad que encontré cuando ingresé como estudiante al Núcleo de Sucre. Recuerdo a Enriqueta, quien se encargaba de la limpieza en los cursos básicos y además nos llenó de cariño y de consejos por mucho tiempo, a las cocineras del comedor, los jardineros, los choferes y bibliotecarios que conocían su trabajo. En mi recuerdo hay algo que resalta: nunca puedo evocarlos huyendo del trabajo que les correspondía, ni gritándose groserías o armando estrépitos al limpiar los salones, mucho menos piropeando a estudiantes ni a profesoras. No ubico en mi memoria recriminaciones ni actitudes irrespetuosas de secretarias frente a profesores o estudiantes. Yo rememoro unas reglas claras, un trato estatuido, marcado por el carácter universitario.

Disfruté, por ser universitaria, de pisos pulidos, jardines cuidados, fuentes de agua (las malangas de la fuente de Ciencias me hablaron de un mundo mágico, con su caída de agua, sus plantas, peces y luces). Disfruté de una clase magistral inaugural que me marcó como socióloga; la dictó, si no me traiciona la memoria, el profesor Francisco Castañeda. Disfruté del producto de una concepción de la Delegación de Extensión Universitaria dirigida a hacer participar a la comunidad del Núcleo de una visión amplia, universal.

Fue en ese entonces cuando leí un facsímil llamado “Carta a García”; en él se hace alusión a Rowan (personaje clave en un olvidado episodio de la independencia cubana cuando se hizo forzoso un entendimiento entre el presidente de la unión americana William McKinley, XXV presidente norteamericano, y el jefe de los patriotas cubanos, General Calixto García) que cumple la difícil misión -armado únicamente con su iniciativa- de ubicar a García en un paradero desconocido para entregarle un mensaje enviado por McKinley.

La “Carta a García” es considerada uno de los textos más reproducidos en la historia. Manifiesta la importancia de la iniciativa frente a la falta de compromiso personal, o, en las palabras de su autor, Elbert Hubbard, frente al descuido culpable, al trabajo a medio hacer, la atrofia de la voluntad, la mala gana de las personas para remover por sí mismos los obstáculos.

No puedo dejar de pensar, recordando la “Carta a García”, en las iniciativas que se necesitan para sacar a nuestro Núcleo de la mengua y el deterioro en los que ha caído durante los últimos lustros.

Tal vez por ello un clima de esperanza nos cobijó cuando -después de trabajar intensa y diferencialmente la problemática de nuestro Núcleo- cinco mesas de trabajo presentaron en asamblea de profesores papeles donde recogían las necesidades más sentidas de la colectividad y propuestas para dar solución a esas precariedades. Surgió una iniciativa, pero se quedó en el intento.

Las promesas de sanción a los responsables de la violencia en la universidad, la catarsis realizada por los docentes en esos días de conversación, discusión y vislumbre de una universidad posible, y, por sobre todo, el sentimiento de que hacíamos falta en nuestras aulas, de que los estudiantes estaban desatendidos, se combinaron formando un mecanismo de escape que cumplió su función: la presión bajó, y como mansos corderos regresamos a las mismas aulas, la misma inseguridad, el mismo descalabro, el mismo desinterés oficial, el mismo bochorno, la misma falta de iniciativa. Me quedé con la sensación de que faltaba propiciar algo que le asegurara prosecución al trabajo realizado. Necesitábamos la iniciativa del compromiso político.

Además de las mesas para pensar las condiciones de convivencia, seguridad, normalización del uso de los espacios, condiciones laborales de los docentes y reglamentos y estatutos de la vida universitaria, hizo falta un encuentro que permitiera pensar los efectos de lo político en la vida universitaria: una mesa política donde se confluya para buscar un consenso alrededor del funcionamiento institucional, permanente, de la Universidad de Oriente; un funcionamiento que vaya más allá de eventos que se asumen como “victorias políticas”, pero que han resultado en factores de deterioro, en obstáculos para iniciar el trabajo que es imperioso hacer.

Necesitamos para ello la determinación, el coraje, la libertad de conciencia, la independencia que demostró Rowan cuando le llevó la carta a García.








No hay comentarios: