miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Por cuatro lochas?


UDISTAS
Región, 13-02-2013, p. 14

Rafael Rasse*

Quienes nos hemos mantenido en la lucha social y gremial como un medio de ofrecer nuestros esfuerzos para lograr mejores condiciones de trabajo y calidad de vida, no podemos dejar pasar por alto lo que adelanta el gobierno nacional, algunas organizaciones sindicales y ciertos representantes gremiales de afinidad oficialista en lo que se ha conocido como la “Convención Colectiva de Trabajo del Sector Universitario”.
Difícilmente una discusión de una Contratación Colectiva de Trabajo, que se autopropone como única, válida para todos los trabajadores universitarios (obreros, empleados y profesores), puede emerger  sólo de los sindicatos afectos al gobierno de turno.  Cuando se insiste en actuar de esa forma hegemónica se está desconociendo al conjunto de federaciones y asociaciones que agrupan a la mayoría de los trabajadores del sector universitario, como ocurre con los que en el documento se denominan “trabajadores docentes”, es decir, los que seguimos reconociéndonos como “profesores universitarios”.
Por lo que se lee al respecto, la inclusión poco les importa. En el caso del Núcleo de Sucre podríamos decir que quienes han sido llamados a reuniones en los despachos ministeriales para redactar la “Convención Colectiva de Trabajo del Sector Universitario” no han promovido su discusión en los espacios de la comunidad universitaria. Prueba de que no les importan los trabajadores es que con ellos no se debaten las propuestas.
 Todo esto tiene un fin político que no es otro que el de intervenir las luchas sindicales y gremiales para ejercer control sobre los sectores de trabajadores universitarios, con la intención última de liquidar sindicatos y colegios profesionales que les demanden mejores condiciones de trabajo. Así pues, la fulana Convención Colectiva negaría las conquistas laborales adquiridas y constituiría una forma de desprenderse de las Normas de Homologación,
Seguramente la oferta puede sonar muy tentadora, muy al estilo de los ofrecimientos del gobierno a los trabajadores de SIDOR, cuando se comprometió a convertir los pasivos laborales en capital accionario y luego los echó en saco roto. Nos preguntamos por qué si el gobierno no ha podido honrar compromisos con otros sindicatos y gremios y no nos ha cancelado las obligaciones, vencidas desde hace varios años, por las Normas de Homologación a los universitarios, tenemos que creer que con este invento sí nos van a cumplir.
 Mirémonos en las experiencias ocurridas en otros casos donde se han eliminado los interlocutores sindicales o gremiales legítimos: ¿cuáles contratos colectivos se han firmado y respetado? Con estas reflexiones les invito a defender, a no vender por cuatro lochas, nuestros derechos y reivindicaciones, como debemos defender la universidad autónoma y democrática.

______________
*Prof. Dpto. Psicología e Investigac. Educativa UDO-Sucre


No hay comentarios: