miércoles, 9 de octubre de 2013

Ceguera y conflicto universitario

UDISTAS
José Malavé M. *
            Algunos profesores del medio universitario, como también ocurre frecuentemente con funcionarios gubernamentales, dicen “ver” la realidad, y, más aún, pretenden comunicar su “visión” como la verdadera. Pero sabemos que mirada o visión se relacionan, obligatoriamente, con ceguera, antítesis sobre la que existen muchos matices. Así, existe la “mirada ciega”, esa que, queriendo o suponiendo ver, sólo presenta una nublada o distorsionada versión de la realidad. El modo por excelencia para que esta se realice es la preeminencia de la ideología, entendida como una representación subordinada a una posición político-social-cultural; por eso se refería el joven Marx a la ideología como “falsa conciencia”.
            Cuando esos voceros (no visionarios) tratan lo relativo al conflicto universitario, y particularmente al cese de actividades académicas, intentan liquidarlo esgrimiendo percepciones poco ajustadas a lo realmente acontecido. Con brevedad lo registro a continuación.
            No es cierto que la FAPUV se planteara un conflicto de meras reivindicaciones económicas; así está recogido en las carteleras publicadas (ver, por ejemplo, la del 04-06-2010) y otros documentos (cf. informe de la Sec. de Actas del 25-02-2013), donde se destaca la lucha por los derechos laborales, por presupuesto justo para las universidades, por mejores becas estudiantiles, por la calidad de la educación. Se insistió hasta la saciedad ante el Gobierno Nacional en la urgencia del diálogo y del reconocimiento de la FAPUV como nuestro gremio legítimo. La formulación ante los entes gubernamentales nacionales de la necesidad de ajustar el sueldo y los beneficios económicos de los profesores universitarios y abordar las deudas, según las Normas de Homologación (que no han sido jurídicamente anuladas, por cierto), se remonta a, por lo mínimo, unos siete años.  
            De modo que el conflicto desde sus inicios y a lo largo de su proceso de agudización contempló aspectos económicos, obviamente, pero también reivindicaciones universitarias y sociales en general. Cuando el Gobierno Nacional y sus subalternos sindicales y gremiales trataron de confinar la discusión a la llamada “Convención Colectiva Única”, en la que se incluyó un peligroso contrabando ideológico-partidista que, entre otras cosas, atentaba contra la autonomía, la pluralidad, la carrera docente y otros derechos constitucionales y legales, el conflicto adelantado por la FAPUV y la inmensa mayoría de profesores universitarios cobró otra dimensión, mucho más amplia y de ineludible carácter político. Estaba en juego mucho más que un ajuste salarial; se trataba de la defensa del sentido mismo de la universidad y de nuestra labor profesoral.
            En fin, ni los ojos más velados ni los lentes más opacos podrán desconocer los logros de esta etapa del conflicto universitario, la del cese de actividades académicas, recogidos claramente en la cartelera de FAPUV del 07-09-2013  (https://www.facebook.com/notes/fapuv-profesores-universitarios/balance-de-la-situaci%C3%B3n-de-conflicto/10151821394266211). Quizás no se han alcanzado aún todas las reivindicaciones económicas, pero se logró frenar otra manifestación de la vocación totalitaria de este gobierno, y la universidad autónoma y libre sigue inquebrantable.

* Prof. Dpto. Filosofía y Letras UDO-Sucre

            

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