miércoles, 9 de octubre de 2013

Entre lo ético y lo justo

UDISTAS
Región, 31-07-2013, p.14
 José Marcano Carpintero*

En algún momento de nuestra existencia habremos de toparnos con circunstancias que ameriten la toma de decisiones que en esencia son engorrosas, sobre todo si de ellas surgen situaciones que afectarán a terceros. Es en esas circunstancias cuando entran en juego dos valores fundamentales en el accionar del hombre: la ética y la justicia; momento propicio para probar el talante como profesional y como ciudadano.
En un ejercicio de interpretación revisemos las implicaturas de los dos términos. Lo ético está relacionado con la capacidad y la sensibilidad que posee el ser humano para tomar decisiones correctas en ámbitos que se debaten en los terrenos de la moralidad (lo bueno y lo malo), en el momento oportuno y sin efectos que trasgredan la norma y empañen su imagen social. Lo justo, vinculado con los deberes y derechos del ciudadano; lo que por naturaleza de las funciones y acciones que ejerzamos nos corresponde; la distribución equitativa de los beneficios, los premios o castigos derivados de nuestras conductas.
Hay, sin embargo, una tendencia equívoca a confundir lo que engloban justicia y ética, sobre todo en contextos donde entran en juego los intereses de grupos y sectores, que por su endeble constitución estructural sienten tambalear los cimientos que los sostienen cuando quienes no comulgan con sus ideas toman decisiones transcendentales. En los últimos meses, el mismo tiempo que ha durado el conflicto universitario, he oído, no sin sentir inquietud y desasosiego, cómo se pronuncia con ligereza la palabra ética. Que no es ético cobrar, que es inmoral un paro; no es ético recibir las bondades de un aumento de sueldo ni las prerrogativas inmersas en la nueva normativa laboral; no parece ético asumir una posición crítica.
Antes de sumarnos al paro universitario fueron varios los debates y consultas hechas y, aunque la tendencia era irreversible en el colectivo, personalmente muchos eran los cuestionamientos de la pertinencia de ese paro; pero en la medida en que hemos ido avanzando, irrefutablemente el paro ha aparecido como justo porque los reclamos son justos.
Por el camino que vamos las Normas de Homologación pudieran ser reconocidas y con ello reconocida la inmensa deuda que han generado, me pregunto: ¿En ese caso, quienes ahora dicen que no es ético que cobremos el pírrico abono a nuestras demandas salariales, comprarían un cheque de gerencia y lo depositarían en un tribunal, porque éticamente no estarían de acuerdo con el paro y con ese pago? Sería justo…


* Prof. Dpto. Currículo y Admón. Educativa UDO-Sucre

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